“Gente que vendió por comodidad su razón de ser y su libertad” (Rubén Blades)
Se modificó en Ibagué el POT en lo referente a la normatividad aplicable al suelo rural eludiendo la aplicación del plan de ordenación y manejo de la cuenca hidrográfica del río Coello y Cortolima no dijo una sola palabra.
La historia se remonta a épocas de bárbaras naciones en las que el alcalde Luis H. Rodríguez, decretó el Plan de Ordenamiento Territorial amparado en que el Concejo Municipal (integrado por algunos que hoy fungen como candidatos a la alcaldía y que entonces eran concejales) no dio trámite al proyecto presentado por el ejecutivo. El conveniente silencio del Concejo habilitó al burgomaestre, dizque para favorecer terratenientes. Yo no creo. ¡Qué injusticia!
Por aquellas épocas y antes de decretar el POT, Luis H. Rodríguez llevó al trámite de concertación ambiental el proyecto a Cortolima y como debe ser cuando la autoridad ambiental es seria e independiente, le fijaron determinantes que pareciera no convenían mucho a los intereses que agenciaba.
Ni corto pero si perezoso, porque en honor a la verdad Luis H. lo era, el decreto expedido, se reitera, por la omisión del Concejo, no incluyó conveniente las observaciones de la autoridad ambiental liderada en ese entonces por Jorge Enrique Cardozo, un tipo que si sabía de Derecho Ambiental.
Cardozo no se quedó con la espina y demandó el POT en su componente rural, por haberse pasado por la faja la concertación ambiental. El tiempo y el Tribunal Administrativo del Tolima le dieron la razón en sentencia que se conoció para esta época de fiestas hace un año, ya en el virreinato de la directora Alfonso.
Desafortunadamente el fallo contenía un yerro: permitió en su parte resolutiva, que el municipio de Ibagué optara por reiniciar el trámite de concertación o llevara al Concejo Municipal el texto inicialmente concertado hace 10 años.
Convenientemente Cortolima como demandante, ya en la época de Alfonso, omitió informar al tribunal con un simple oficio en el que pudo solicitar la aclaración de la sentencia; que había aprobado en el año 2019, el POMCAS de la cuenca del río Coello, de la que hacen parte el río Combeima y la Quebrada Cay; POMCAS que según su artículo 3 debe ser tenido en cuenta en forma preeminente por los municipios del área de influencia para actualizar sus POT.
El silencio de la Corporación hizo infructuoso el esfuerzo de Cardozo por proteger las prioridades ambientales en la intervención del suelo rural de Ibagué. El burgomaestre de la Ibagué que “vibra” llevó al Concejo un proyecto de acuerdo exprés, para modificar el POT sin complicarse la vida con POMCAS, porque en últimas eso del río Combeima y la quebrada Cay no es muy importante.
El acuerdo una vez aprobado fue reglamentado a través de un decreto de dudosa ortografía jurídica. Cortolima mientras tanto miró hacia el techo.
Los analistas están divididos cuando se les indaga por las razones por las cuales la directora Alfonso guardó silencio y omitió contarle al Tribunal Administrativo que la normatividad de base había cambiado con el paso de los años y había aprobado un POMCAS que hacía indispensable una nueva concertación.
Un primer y numeroso grupo considera que la omisión se debe a la ignorancia supina de la directora de los temas ambientales; otro grupo menos numeroso, sostiene que la clave del silencio ambiental está en lo que se llamó hace tres años “la oferta institucional tripartita”; un eslogan ridículo y retador con el que una facción política nos hizo saber que había cooptado todos los espacios de poder y que pretendía extender sus tentáculos a donde le fuera posible incluso en los órganos de control, alcaldías, hospitales y hasta en la arquidiócesis si la curia lo permite.
Aunque creo que lo afirmado por el primer grupo de analistas puede ser cierto, soy de aquellos que creen que el silencio de la funcionaria obedeció a que debe ser mínimamente coherente con la forma groseramente disciplinable, en la que se mostró como integrante de una facción que conquistó la dirección de una “autoridad ambiental” para hacer con la Corporación lo que hacen los políticos con los botines.
Todavía se encuentran en la web las fotos de la directora con la pose que exhiben los ciclistas cuando pasan la meta en primer lugar, acompañada del alcalde de Ibagué y gobernador que la remedan, testimoniando sin vergüenza que hacen parte de un equipo político. ¡La autoridad ambiental haciendo parte del tridente victorioso con las autoridades que debe controlar en el ámbito del cumplimiento de la normatividad ambiental! Claro que hay razones para dudar.
Si la autoridad ambiental tuviera autoridad demandaría en forma inmediata la modificación del POT que hizo aprobar su coequipero el alcalde Hurtado por no haber sido objeto de concertación frente al vigente POMCA.