¡Clan del Golfo en el norte, disidencias en el sur, sicariato en Ibagué, ¿Todo bien en casa?
Por fuera del mundo de las maravillas que son las redes sociales y las declaraciones de prensa, las promesas de seguridad todavía no cuajan. Ese es el mensaje que dejó la rueda de prensa de la Policía de esta semana. Aunque la presencia de estos grupos armados en el departamento no es nueva, la cuestión es qué tiene que estar pasando para que la propia Fuerza Pública decidiera confirmarlo.
¿Tiene que ver la reciente cadena de homicidios en Ibagué con el “desequilibrio criminal” que podría provocar la entrada del Clan del Golfo a la capital del departamento?
Vamos por partes.
Sobre la presencia y accionar de las disidencias en el sur del Tolima me he pronunciado en distintas oportunidades. De hecho, desde el Centro de Estudios Regionales, hemos dedicado varios informes al análisis de los factores que influyen en el rearme y la reincidencia de combatientes, las dinámicas de la violencia armada posterior a la firma del Acuerdo de Paz y, especialmente, sobre el reclutamiento de menores en el territorio.
La Defensoría del Pueblo, por su parte, advirtió sobre estos hechos en dos oportunidades: abril de 2019 y julio de 2022. Desconozco si la Fuerza Pública y las autoridades civiles leen los reportes de la academia y del ministerio público.
Todos los trabajos de CERE se pueden descargar en nuestro repositorio: https://acortar.link/repositoriocere
Sobre el norte del Tolima, la Defensoría también ha venido alertando la presencia de “grupos postdesmovilización de los paramilitares”, desde el momento mismo de la desmovilización del Bloque Tolima, en 2005, y del Frente Omar Isaza, en 2006.
En el municipio de Lérida, por ejemplo, durante los años 2006, 2007, 2008 y 2009 el número de víctimas a razón del conflicto armado fue superior a los años 2003, 2004 y 2005, cuando el Bloque Tolima tuvo mayor control territorial. En el 2009, las “Águilas Negras” anunciaron el interés de hacer presencia en la zona y por medio de panfletos, amenazaron a supuestos ladrones, expendedores y consumidores de sustancias psicoactivas en los municipios de Ambalema, Venadillo y Lérida.
En 2016, este último municipio presentó una seguidilla de homicidios bajo la modalidad de sicariato - tal como está pasando en Ibagué -. La responsabilidad de los asesinatos fue atribuida a lo que en ese momento se identificaba como Autodefensas Gaitanistas del Tolima, una filial de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia que habían nacido en el Urabá antioqueño en el 2008 (la misma historia del Bloque Tolima con las AUC, línea Castaño).
Finalmente, el año pasado, a través de la Alerta 002 de 2023, la Defensoría del Pueblo volvió a encender las alarmas sobre la situación de riesgo para población civil de cinco municipios del norte del Tolima, producto de la presencia y accionar de distintos grupos - incluido, por supuesto, el Clan del Golfo.
El exdefensor Nacional del Pueblo, Carlos Camargo - amigo y copartidario del exgobernador Ricardo Orozco - lo señaló en prensa nacional hace 15 meses. Dijo que “(…) Como hacen los narcotraficantes en otros países, las AGC están contratando a pequeños grupos delincuenciales para cometer acciones violentas o delictivas, en este caso, en zonas rurales y urbanas de Armero Guayabal, Ambalema, Honda, Mariquita y Lérida”.
También advirtió que: “Estas acciones de crimen tercerizado están dejando en especial riesgo (…) a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como a estudiantes, líderes sociales y defensores de derechos humanos, comerciantes, funcionarios públicos y miembros de Juntas de Acción Comunal”.
Desconozco las acciones que los mandatarios salientes de los municipios advertidos y de la Gobernación del Tolima, realizaron para responder a las recomendaciones de la Defensoría, pero en todo caso, como señalamos en nuestra Nota Regional CERE 16, las y los entrantes desconocían la existencia de la Alerta Temprana que advirtió semejantes riesgos para el norte del Tolima.
Ver Nota Regional: https://acortar.link/notaregional16
Con base en estos antecedentes, varias preguntas: ¿Qué es lo nuevo en la presencia del Clan del Golfo - que ahora se autodenomina Ejército Gaitanista de Colombia - en el norte del Tolima? ¿Hay un interés por controlar directamente - ya no a través de terceros - el “corredor estratégico” que conecta el centro del país con el oriente caldense y antioqueño, y hacia el Magdalena Medio? ¿Y qué relación podría tener la entrada de este grupo con la violencia criminal en Ibagué?
En rueda de prensa, la alcaldesa Johana Aranda, descartó, por ahora, la presencia del Clan del Golfo en la ciudad. No obstante, quienes no parecen muy tranquilos son los guerrilleros del Frente 26, del Bloque Central Isaías Pardo de las disidencias, según fuentes de inteligencia militar.
¿Se acuerdan que hace un mes la amenaza era la creación de este nuevo Bloque y su supuesta presencia en el corregimiento de Lisboa (municipio de Anzoátegui), en las goteras de Ibagué?