¿Por quién votarán los ciudadanos en octubre? Es una pregunta que ya empieza a escucharse por todos los rincones del país, se la hacen muchas personas, otras no tanto, la inconformidad de los resultados de las promesas de cambio de la campaña nacional pasada es significativa. La apuesta porque la abstención va a aumentar es grande, solamente superable por los ríos de recursos de fluyen de los presupuestos públicos.
Estas elecciones plantean un escenario desafiante, sobre todo porque se ha retomado desde el nivel central el debate de la descentralización en medio del crecimiento de las demandas locales. Sin embargo, hablar de descentralización implica hablar de recursos y presupuestos. Más responsabilidades para las alcaldías sin que tengan plata para esto es un tema insostenible.
La gran mayoría de los próximos alcaldes tendrán que responder a sus electores con los actuales arreglos institucionales, con presupuestos comprometidos y capacidades de endeudamiento casi al límite. Muchas de las propuestas serán frenadas en seco por las realidades fiscales y financieras de los municipios.
En general, lo que está ocurriendo por estos días es la lucha por los avales, en medio de un océano de innumerables partidos con muy poca militancia. La búsqueda del aval mediante grupos significativos de ciudadanos ha ido madurando en algunos municipios y es muy probable que distintos candidatos se presenten bajo este mecanismo.
Quienes logren validar sus aspiraciones mediante el mecanismo de firmas seguramente tendrán la delantera en la búsqueda del voto de opinión. Una mezcla de los dos sistemas puede ser llamativo para los electores.
Así las cosas, por ahora, los candidatos que buscan avales de partidos están buscando la militancia y quienes recogen firmas están buscando la opinión. Por quién votarán los ciudadanos, por quienes llenen sus expectativas. Todos votamos por alguna motivación, desde las más elementales hasta las más altruistas. En donde encontramos la motivación para votar, en el candidato y su propuesta.
Desafortunadamente, algo que está ocurriendo es que hay muchos candidatos y pocas propuestas, existe muy poco trabajo sobre la elaboración de los programas de gobierno, el afán por la mecánica de concretar avales ha hecho que las campañas dejen de lado la elaboración de la propuesta del programa de gobierno. Aún estamos a tiempo de solucionar esta falencia.
Este tema no es menor, al fin y al cabo, el voto a la alcaldía es programático, no es suficiente tener buenos candidatos, se requiere tener buenos programas de gobierno. En este sentido, por quien votar, la respuesta incluye también; por un buen programa de gobierno.