La campaña electoral ha servido para conocer las iniciativas de los nueve candidatos a la Alcaldía de Ibagué, hemos escuchado y leído una muy variada cantidad de propuestas para los problemas que aquejan el municipio, sin embargo, es muy poco lo que se ha dicho sobre la realidad fiscal y financiera de la administración central y descentralizada local.
Ese debate, aunque importante, no es propuesto desde las campañas debido a que abordarlo pone los pies en la tierra a los candidatos. Hablar de finanzas públicas implica hablar de los recursos escasos con los que cuenta una entidad territorial para resolver las necesidades de una comunidad.
Hacerlo en medio de una campaña electoral es contraproducente para el candidato, la gente quiere oír sueños y propuestas, aunque en la mayoría de las ocasiones entienda que difícilmente se cumplirán, prefieren pensar que las cosas mejorarán, más adelante habrá tiempo para decepcionarse.
A los candidatos tampoco les llama mucho la atención enterarse que tendrán restringidas sus finanzas por el servicio a la deuda o por la poca flexibilidad de los presupuestos para la ejecución de sus programas. Es muy probable que si conocen a profundidad el estado de las finanzas públicas se desanimen en sus aspiraciones, o por lo menos en su discurso, por eso, es mejor no saber mucho sobre el tema, al fin y al cabo, ser candidato requiere de un alto grado de convencimiento que él sí podrá solucionar el problema del financiamiento, un tema para más adelante.
Lo primero que hay que decir es que, como resultado del comportamiento del recaudo de ingresos efectivos y la ejecución de gastos comprometidos, la Administración Municipal viene alcanzando un resultado fiscal negativo. La estructura de ingresos tributarios y no tributarios en Ibagué no es suficiente para cubrir los gastos, se tiene un déficit primario.
Para resolver este problema, la Administración se ha endeudado y ha utilizado los recursos de vigencias anteriores que no se comprometieron, estos son los famosos recursos de capital. En el largo plazo, esta estrategia colapsa porque se llega al tope del endeudamiento y los recursos de vigencias anteriores se comprometen.
¿Cómo piensan resolver el déficit primario del municipio? Es una pregunta obligada para los candidatos, ¿cuál es la estrategia que desarrollará en su gobierno para aumentar los ingresos del municipio? Es otra.
Con relación al servicio a la deuda, el perfil de esta muestra que los períodos de amortización se concentran entre 2025 y 2026 cuando se proyecta cancelar el 56% de la obligación financiera. En el 2022, la composición del presupuesto fue 13% para funcionamiento, 83% para inversión, y 4% para servicio a la deuda, en el 2025 y 2026 el servicio a la deuda será el 22% para cada año, lo que implica tener que reducir en un 18% el presupuesto para inversión en cada vigencia. ¿Cuáles serán las inversiones que recortará para cumplir con este compromiso?, o en su defecto, ¿cómo los financiará?
La estrategia de financiamiento de las propuestas del próximo alcalde(sa) tendrá que ir más allá de lo que hasta ahora se ha hecho, se debe diseñar para el mediano y largo plazo. En lo personal sería muy gratificante conocer de los candidatos cómo financiarán sus propuestas y programas.