Los recurrentes malos resultados mostrados en las mediciones del mercado laboral nos tiene a muchos preocupados. Ibagué es la ciudad con mayor desempleo de las 13 principales ciudades y no se ve por ninguna parte que se estén haciendo cosas para cambiar la situación. Las narrativas oficiales del éxito de acciones cortoplacistas se desvanecen al revisar los indicadores de resultados a mediano plazo.
Atrás quedó el entusiasmo y autoelogio de la administración municipal recién iniciada la recuperación económica postpandemia, por el contrario, el silencio oficial frente a los recientes resultados indica la gran incertidumbre que por estos días tienen.
Por aquel entonces advertimos que no habíamos recuperado los niveles de ocupación de postpandemia y que la recuperación se debía a la reactivación de sectores que estaban cerrados y que necesitaban salir de nuevo a los mercados, y claro, también se debía a la reactivación de la economía informal en los sectores de comercio y servicios por cuenta propia. También afirmamos que el problema del desempleo era estructural y que teníamos que resolver los obstáculos que limitan el crecimiento del aparato productivo y el tejido industrial en la región. Las recientes cifras del Dane nos dan la razón. La creación de empleos para agosto, comparando 2022 vs 2021, se debió en gran medida por las dimensiones empleado particular y empleador, mientras que la creación de empleos por trabajador por cuenta propia fue muy pequeña. En otras palabras, mientras que los niveles de ocupación aumentaron por ocupaciones en micronegocios y el rebusque recién salidos de la pandemia, ahora, un año después, la participación de ocupados a nivel nacional se da mayoritariamente desde las empresas, y ahí somos débiles, nuestra participación de medianas y grandes empresas es reducida.
El mapa lo completa la disminución del crecimiento de empleos del gobierno para este periodo, situación bastante lógica porque el gobierno le bajó el ritmo al gasto público como dinamizador de la economía.
Reiterar, una vez más, la necesidad de fortalecer el tejido productivo e industrial manufacturero para crear nuevos empleos es necesario, pero no suficiente para resolver el problema de ocupación, deberemos trabajar en cómo hacerlo, superar la fase diagnostica e ir a la implementación de estrategias.
Ibagué no puede seguir dependiendo de actividades como construcción o empleos públicos para resolver coyunturalmente los problemas de ocupación laboral, si de verdad queremos que esta ciudad sea viable económicamente en el largo plazo, debemos crear las condiciones necesarias para el crecimiento económico. Muchas de las tareas ya están identificadas y no dependen exclusivamente del sector público, aunque sigue siendo responsabilidad del gobierno local el desarrollo económico del municipio.
La articulación de diferentes actores públicos y privados en torno a un proyecto de transformación económica de la región, que impulse el despliegue de capacidades institucionales y empresariales, que recupere las capacidades perdidas, liderado por los actores económicos es primordial. Lograrlo requiere que el liderazgo público se aleje de la politiquería y actúe pensando en el largo plazo, además se necesita que los liderazgos privados impulsen una agenda de actividades en el marco de la responsabilidad social.
Y para quienes estén pensando que la respuesta está en el gobierno nacional permítanme bajarlos de ese bus, desde allí no vendrán las soluciones para nuestro problema, resolver el problema estructural del empleo de Ibagué implica mejorar el entorno para los negocios, impulsar economías de aglomeración, ampliar el tamaño del mercado, particularmente el externo, y mejorar el ecosistema innovador. La respuesta no está en dejar al mercado la creación de nuevos empleos, ni mucho menos, la instalación de capacidades locales.