La inseguridad está afectando el bienestar y calidad de vida de los ibaguereños cada vez más, tiene un gran costo humano y un costo económico importante. Este es un problema complejo que debe ser tratado de la misma forma.
No exagero en decir que la inseguridad de Ibagué pasó de castaño a oscuro, de mal a peor, y para demostrarlo no basta sino leer sobre hechos de inseguridad en las últimas semanas. Por ejemplo, algunos de los titulares de dichas noticias en este portal son: hombres apuñalaron a trabajador y robaron un establecimiento en el barrio pueblo nuevo de Ibagué; mujer fue víctima de raponazo mientras caminaba con su bebe en el barrio Calarcá; con revolver en mano asaltaron reconocida droguería de Ibagué, entre otras.
Revisando la encuesta de pulso social que publica el DANE, en el trimestre Abril - Junio 2022 el 59.9% de las personas jefes de hogar y sus cónyuges en la ciudad de Ibagué afirmaron sentirse inseguros y muy inseguros caminando su barrio de noche, en las 23 ciudades y sus áreas metropolitanas el porcentaje de personas fue de 55.4%, esto es una diferencia de 4.5 puntos porcentuales entre la ciudad de Ibagué y el total de 23 ciudades. Los ibaguereños nos sentimos más inseguros que el resto de colombianos.
Y es que la situación viene empeorando desde hace meses, así lo muestran los resultados de la encuesta de percepción ciudadana realizada por “Ibagué cómo vamos” en donde se evidenciaba un incremento del 7% entre agosto (55%) y diciembre de 2021 (62%) de los ibaguereños que se sentían nada seguros en su barrio y un incremento de 7% de los sentían nada seguros (67.5%) en diciembre.
Esta situación, compleja y crítica para la ciudad, empeora cada día aún más ya que las personas están tomando acciones por cuenta propia; algunas noticias hablan de motocicletas de supuestos ladrones incineradas, de grupos de ciudadanos y taxistas exponiéndose mientras capturan ladrones, o de familiares de delincuentes amenazados por personas anónimas que no soportan más la impunidad y reincidencia de estos.
Esta realidad plantea la necesidad de revisar la estrategia de cuadrantes diseñada por la policía metropolitana, al parecer esta no es suficiente ya que el servicio de seguridad es ineficiente, no es claro a dónde deben acudir las víctimas, la respuesta ante el delito es lenta y en ocasiones nula. Existe en opinión de muchos la necesidad de volver a colocar los Centros de Atención Inmediata (CAI) en la ciudad. La policía tiene que estar en primera línea para prevenir y controlar el crimen, son ellos quienes mejor conocen las comunas, sus desafíos, su gente.
Ahora bien, los esfuerzos para reducir la violencia deben focalizarse en determinados sectores de la ciudad, y estar centrados en los ciudadanos.
Para reducir la inseguridad en Ibagué, el liderazgo por parte de las autoridades locales es esencial; es necesario integrar la dimensión de seguridad ciudadana dentro de las otras agendas de desarrollo ya sean estas sociales, urbanísticas, culturales o deportivas. No es un tema solamente de la secretaría de gobierno, esa tradicional mirada ha llevado al fracaso en seguridad y de los secretarios.
Por otro lado, hay que trabajar en la prevención del delito. Existe la necesidad de focalizar acciones en un segmento de los jóvenes, estos están desproporcionadamente representados entre las víctimas y condenados por delincuencia. El BID afirma que las vivencias de ellos revelan patrones comunes en sus vidas como la violencia intrafamiliar, el abuso de drogas y alcohol, la violencia en sus barrios, la falta de oportunidades, y más aún, la indiferencia del Estado. Estas experiencias moldean su vida hacia una carrera criminal. Intervenciones enfocadas en padres, comunidades, y el desarrollo de habilidades técnicas y socio-cognitivas ofrecen un abrigo de protección a estos grupos vulnerables.
Finalmente, reducir la violencia en el municipio demanda sinergias entre el sector privado y la sociedad civil, impulsar innovación en localización del delito mediante el uso de sistemas de georreferenciación e información, son ejemplos de estrategias que se podrían seguir.