El pasado primero de agosto, yo dije en mis redes que para mí Juan Manuel Santos sería el mejor expresidente de Colombia. Hoy tres meses después lo ratifico, tanto que, me atrevo a decir que pasará mucho tiempo antes de tener otro como él.
Nunca fui de su corriente política ni de su partido, pues cuando vi una leve posibilidad de darle mi apoyo, preferí votar en blanco simplemente porque su actuar político no era afín a mi ética personal y él, siendo un hombre que saltó de partido en partido de acuerdo a la conveniencia del momento, no representaba mis ideales ni el respeto que para mí debe inspirar el primer mandatario de un país.
Sin embargo, hoy por hoy, es Juan Manuel Santos un hombre al que admiro; pues cuando dije que él sería el mejor expresidente de Colombia, lo hice convencida de que NO fue el mejor Presidente, pero por lo menos intentó hacer algo diferente y su mayor legado al país, no fue la “paz” sino la actitud que dejó entrever lo que sería él después de salir de la Casa de Nariño: un hombre sensato y maduro que supo cerrar un ciclo muy importante en su vida y aceptó con altives que su tiempo dedicado a Colombia había acabo.
Su mejor salida en medios de comunicación, aún como Presidente, fue la que hizo con Daniel Samper Ospina para #HolaSoyDanny; ahí me convertí en su fan, por el simple hecho de que actuó como un hombre común y corriente, sin protocolos y consiente de que su vida en la Casa de Nariño, sería después del 7 de agosto de 2018, un recuerdo.
Y ahora, con todo el revuelo que ha causado por su aparente “soledad y olvido” lo admiro mucho más porque es un hombre inmune a los comentarios ofensivos de la gente, un hombre que ha dado lección de grandeza y que entendió que su rol en el mundo era venir a dar una esperanza de un país mejor a muchos y que aunque no lo logró del todo, se retira con respeto y por la puerta grande a disfrutar junto con su familia de uno de los bienes más preciados que puede tener un ser humano: la tranquilidad.
El mayor triunfo de ‘JuanMa’, es sin duda alguna ser un expresidente de un país como Colombia, donde la guerra y el odio han consumido los corazones de sus compatriotas, y aún así, darse el lujo de andar tranquilo, solo, sin una mano de escoltas cuidándole la espalda y robándole privacidad y espacio que ahora le pertenece única y exclusivamente a los suyos.
Hoy su “soledad” es una bendición y no una derrota, pues él puede hacer lo que quiera con su vida, seguir creciendo y evolucionando interiormente a través del tiempo que se dedica a él mismo y a su familia, sin la pretensión del que dirán los demás.
Bien por ´JuanMa´; y ojalá siga con esa “soledad” que le permite encontrarse con él mismo y volverse como Shakira: ciego, sordo y mudo, ante las reacciones ignorantes de aquellos que confían en que la compañía se evidencia con una cantidad de personas que nos cubran, así sea de manera falsa u obligada, y no en la sinceridad de aquel que nos diga: hoy no estoy de cuerpo presente contigo pero te acompaño y estoy pendiente en la distancia de tus recorridos por la vida.