Señor Presidente, le escribo desde el mismo sentimiento de preocupación que lo embarga a Usted y a su gobierno, desde la angustia que hoy sentimos los colombianos frente a un fenómeno como el COVID-19 que sigue creciendo exponencialmente, desde las primeras señales de lo que pasaría con nuestra economía y los millones de empleos que podrían verse afectados, desde las familias con sus hijos y sus mayores, desde los miles de desempleados que no saben qué hacer ni a dónde ir en ciudades como Ibagué, desde el 96% de las micro y pequeñas empresas que ya empiezan a ver afectados sus negocios, su vulnerable flujo de caja, su dificultad para pagar los arriendos de sus locales comerciales, su angustia frente a los créditos y a los impuestos, desde un sistema de salud que debería enfrentar una pandemia de proporciones inconmensurables, y desde la posible nube gris en que se vería envuelta nuestra amada patria.
Frente a este escenario de horas difíciles que empezamos a vivir y a las medidas ya adoptadas por el gobierno nacional y los gobiernos regionales y locales, creo que la experiencia y el conocimiento acumulado por la Comisión Nacional de Salud de China, nos ayudaría a adoptar otras decisiones como las que a mediados de enero implementó ese gobierno en Wuhan -una metrópoli de once millones de habitantes-, cuando solo tenía 571 casos de coronavirus. De ser posible, una misión China para apoyar acciones inmediatas en el país, sería una alternativa interesante para considerar.
Como lo informó no hace mucho una publicación nacional, Wuhan dispuso a través de la tecnología “un formulario web obligatorio que debían llenar todos los ciudadanos con sus datos diariamente, que a través de preguntas relacionadas a las posibilidades de contactos con el virus (haber viajado en los últimos 14 días; presentar síntomas de gripe) le daba un estado a cada persona sobre si debía o no consultar a un médico, quedarse en cuarentena o sencillamente acatar las recomendaciones del gobierno alrededor del virus para evitar ser contagiado. Ese formulario digital también entregaba un “estado de calificación” con el que se catalogaba a una persona y que se debía mostrar en público al hacer actividades cotidianas. Así, por ejemplo, si una persona con altas posibilidades iba al supermercado o a un restaurante ese negocio debía llamar al servicio de emergencias para que fuese por la persona y la llevase a su casa a cumplir cuarentena”.
En esta extraordinaria tarea podrían ayudar las Cámaras de Comercio y los demás gremios, así como las universidades, de modo que un ejército con miles de voluntarios bajo las orientaciones del Ministerio y las Secretarías de Salud de todos los municipios del país, pudieran acopiar la información requerida para la toma de decisiones, incluidas medidas extremas como aislamiento total de ciudades, tal como sucedió en Wuhan.
En medio del alto riesgo en que nos podemos ver envueltos, estamos en un momento único para inaugurar bajo su bandera un nuevo liderazgo nacional en que participen todos los sectores, dejando a un lado las divisiones y los enfrentamientos.
Que el Dios de Colombia nos ilumine y nos proteja.