Orozco – Olaguer – Hurtado: el ‘triángulo de las Bermudas’ del Tolima
En el 2023, último año de los mandatos de Ricardo Orozco y Andrés Hurtado, como Gobernador del Tolima y Alcalde de Ibagué, respectivamente, sucedió algo sospechoso.
Los dos terminaron rendidos a los pies de un cuestionado contratista que enfrentaba serios problemas financieros y había dejado obras abandonadas en departamentos como Cundinamarca y Huila.
Su nombre es Olaguer Agudelo Prieto, un hombre poco confiable en el mundo de la ingeniería local y sobre el que se tejen más dudas que certezas.
Aun así, Orozco y Hurtado cerraron filas y juntaron sus chequeras oficiales para adjudicarle a Agudelo Prieto casi $180.000 millones en contratos.
Nadie sabe cuáles fueron las razones de peso, o de pesos, que llevaron a que Ricardo Orozco y Andrés Hurtado le entregaran ese millonario botín.
En Ibagué, Hurtado le adjudicó la obra del puente elevado de la calle 60 con carrera Quinta, que, según las cuentas del exmandatario, sería inaugurado el 28 de diciembre pasado. Este proyecto, que costaba cerca de $39.000 millones, terminó siendo una inocentada para la ciudadanía.
También le direccionó contratos en el Ibal y hasta le confió la construcción de cubiertas deportivas, tarea que tampoco ha cumplido.
Por su parte, Ricardo Orozco puso en sus manos la construcción de los nuevos hospitales de Rioblanco y Chaparral, dos obras que superan los $90.000 millones y que no tienen ningún avance.
Antes de terminar su mandato, el exgobernador autorizó un anticipo cercano a los $30.000 millones, pero la nueva mandataria, Adriana Magali Matiz, frenó el desinteresado ‘regalo’ de Orozco.
Fuentes de este editorial sostienen que existirían nexos comerciales y personales entre Ricardo Orozco y Olaguer Agudelo Prieto. Esa es la versión que existe entre los ingenieros del Tolima.
El balance de este triángulo de la contratación del Tolima es desalentador. Casi que el 90 % de las obras encomendadas a Olaguer Agudelo Prieto tienen un panorama incierto.
Por esta razón, los exmandatarios deberían explicarles a las autoridades por qué desatendieron las alertas de los medios de comunicación y montaron proyectos de infraestructura improvisados que amenazan con convertirse en elefantes blancos.
Ojalá las sucesoras de Orozco y Hurtado no sigan con esos oscuros procesos y les entreguen a la Fiscalía y a la Corte Suprema de Justicia, los expedientes para que revisen bien las conductas de los ‘patrocinadores’ de Olaguer.