El pasado 21 de noviembre la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, demostró una vez más que cuenta en el Concejo Municipal con una amplia y obediente mayoría, dispuesta a aprobar cualquier cosa que ella y su grupo político dispongan, incluso en detrimento de la ciudad.
En esta ocasión se discutió sobre un nuevo endeudamiento que solicitó la mandataria por $150 mil millones, de los cuales alrededor de $111 mil millones serán destinados, al menos en el papel, a infraestructura vial. $15 mil millones se invertirán en la actualización de información catastral y, el restante, es decir, $24 mil millones serán para la gasificación en la zona rural, la reubicación de las familias que habitan en el Hato de la Virgen y la intervención de escenarios deportivos.
Si bien, es claro que Ibagué necesita de estos y de otros muchos proyectos para desarrollarse, lo que preocupa es que el historial con los empréstitos en la administración de Andrés Hurtado, antecesor y jefe político de Aranda, no es bueno.
Hagamos memoria: Hurtado durante su mandato solicitó dos empréstitos: uno en el 2020, por $105 mil millones y otro, en el 2021, por $60 mil millones.
El empréstito del año 2020 contemplaba importantes proyectos que contenían la misma promesa que el recientemente aprobado: desarrollo para Ibagué.
Entre ellos, se encontraba la construcción de un intercambiador vial en la calle 60 con carrera Quinta. Es decir, el famoso puente elevado de la 60, defendido a ultranza por el exmandatario, pero que, finalmente, tan sólo resultó ser un lucrativo negocio para el contratista Olaguer Agudelo y su familia. Sin embargo, aunque la obra no se ejecutó, la Administración Municipal sí está pagando intereses por esos recursos.
Sobre este mismo empréstito, entre lo que falta por ejecutar y lo que falta por desembolsar hay alrededor de $60 mil millones. Es decir que, la Alcaldía de Ibagué, que no ha logrado -desde el año 2020- ejecutar esa suma y así, sin sonrojarse, pide un nuevo cupo de endeudamiento por $150 mil millones.
Por su parte, frente al empréstito solicitado en el año 2021 la suerte de las obras tampoco fue la mejor; pues, entre ellas se encontraba la construcción del Megacapa; una obra que no ha sido entregada y que ha generado grandes descontentos en los sectores animalistas. Del mismo modo, este crédito contemplaba la intervención del abandonado Parque Centenario, la cual a la fecha ni siquiera ha iniciado.
Adicional a estos dos empréstitos, el Municipio tiene vigentes y se encuentra pagando al menos tres empréstitos más, que al 2024 ascienden entre todos a la escandalosa suma de $208 mil millones.
Quién es quién en el Concejo de Ibagué
Ninguna de estas graves consideraciones fue tenida en cuenta por 15 de los 19 concejales para decirle sí sin titubear ni cuestionar este nuevo endeudamiento. Pero ¿Quiénes son estos próceres del municipio dispuestos a todo por el gobierno de Hurtado - Aranda? Se trata de Silvia Ortiz, Giovanni Martínez y Deiby Buitrago del Centro Democrático; Camilo Acevedo del Partido de la U; William Santiago Molina de Firmes Por Ibagué; Javier Mora del Partido Liberal; Aura Rocío Galeano del ADA; César Eugenio Franco de Cambio Radical; Camilo Tavera del Partido MIRA; Jhon Gómez de la ASI; Julián Serna de AICO; y la cereza del Pastel: William Rosas del Partido Alianza Verde; Carlos Beltrán, Víctor Ortiz y Arturo Castillo, del Partido Conservador.
Estos últimos cuatro Concejales tienen una particularidad: en el mes de enero hicieron su declaratoria ante el Consejo Nacional Electoral como concejales de oposición. No obstante, en el caso del veterano William Rosas, es sabido que se ha sostenido por cinco periodos consecutivos en la corporación jugando con los gobiernos de turno. En el caso de Arturo Castillo, presidente de la corporación, apoyó la continuidad de Andrés Hurtado desde campaña y sus declaratorias de oposición respondieron más a un consenso de bancada que a una disposición genuina por ejercer dicho rol.
Caso contrario sucedió con los concejales Carlos Beltrán y Victor Ortiz, quienes llegaron al cabildo como miembros del Barretismo. Sin embargo, en el curso del 2024 ambos decidieron entregarse al mismísimo Hurtado, quien, en su búsqueda de fortalecer su propio equipo político, los recibió con los brazos abiertos y al mejor estilo de un enamorado, los presumió como trofeos en sus redes sociales.
En cuanto a los concejales de gobierno, no deja de generar suspicacia las razones de aprobar que se adquiera esta exorbitante deuda sin dar mayores explicaciones y excusándose únicamente en la legalidad del proyecto. ¿Tendrá algo que ver, por ejemplo, los millonarios contratos que reciben los familiares de los concejales? ¿O tendrá algo que ver la cercanía de estos con algunos exalcaldes y senadores de la República aliados del Gobierno Municipal? ¿Qué otras razones moverán a estos concejales? Y es que, si bien, la legalidad del empréstito no ha sido controvertida, lo que se cuestiona razonablemente es su conveniencia.
Lo cierto es que, tanto los tímidos aliados, como los declarados abiertamente de gobierno, están dispuestos a ser serviles al poder y a aprobar a pupitrazo limpio cualquier proyecto de la administración municipal, incluso si aquellos pueden resultar perjudiciales para una ciudad que ya ha sufrido la desgracia de la mala ejecución de los recursos por parte de sus mandatarios, y que pide a gritos inversiones responsables que le permitan avanzar hacia el verdadero desarrollo.
Por otra parte, tan sólo cuatro concejales se opusieron al empréstito de Aranda: Andrés Zambrano, del Partido Alianza Verde, y los conservadores Sandra Varón, Jorge Bolívar y Joseph González.
Amanecerá y veremos cuál será la ciudad que entregarán en el 2027: si entregarán una ciudad con una malla vial saneada, con escenarios deportivos intervenidos, con gasificación en la zona rural, con reubicación de los habitantes del Hato de la Virgen y con actualización de la información catastral, o si, por el contrario, condenaron a Ibagué a vivir del mismo modo, pero más endeudada.