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En Colombia, las tiendas de barrio son mucho más que simples establecimientos comerciales; constituyen un pilar esencial de nuestra economía y juegan un rol crucial en el tejido social. De acuerdo con datos del informe de Kantar, el 99% de los hogares colombianos frecuentan las tiendas de barrio, convirtiéndolas en el canal con mayor afluencia en el país.
En promedio, un hogar colombiano visita una tienda cada cuatro días, lo que se traduce en 91 visitas anuales aproximadamente. Estos comercios absorben el 17% del presupuesto familiar, al igual que los minimercados; dato no menor que subraya la importancia de las tiendas de barrio como uno de los canales preferidos para la adquisición de bienes esenciales.
Además de su frecuencia de uso, las tiendas de barrio son fundamentales para la economía local. De acuerdo con Fenalco, hay aproximadamente 500,000 tiendas de barrio en el país, y el 60% de las tiendas están legalmente constituidas. En las grandes ciudades, las tiendas pueden representar hasta el 70% de las ventas para algunas empresas de consumo masivo este alto porcentaje subraya su eficacia en la penetración de mercado, especialmente en áreas donde las grandes superficies tienen menor presencia.
Además, cerca del 65% de los alimentos de la canasta familiar colombiana se pueden adquirir en tiendas de barrio y el consumidor suele priorizarlas dada la cercanía y las pequeñas cantidades que se pueden adquirir.
En cuanto al análisis de gastos en las tiendas de barrio muestra que de cada 100 pesos gastados en una tienda los hogares destinan hasta 35 pesos en alimentos básicos como huevos, arroz y harina; 20 pesos en paqueticos (papas y galletas) y bebidas gaseosas; 15 pesos en artículos de aseo personal, 10 pesos en productos de aseo del hogar, 10 pesos en lácteos, 5 en bebidas alcohólicas y el restante en otros productos. Este patrón de consumo refleja la importancia de las tiendas de barrio en la canasta familiar colombiana, especialmente en productos de uso diario y de primera necesidad.
En el caso de Ibagué, con una población aproximada de 500.000 habitantes, se estima la existencia de aproximadamente 4.500 tiendas de barrio; estos establecimientos son cruciales para la economía local, pues llegan a generar empleo para más de 6.000 personas; jugando un papel vital en la distribución de productos de consumo masivo local.
No obstante a pesar de la sólida posición de mercado de las tiendas de barrio, enfrentan desafíos significativos, incluyendo la competencia de grandes cadenas especialmente los formatos “Hard Discount”, el impacto de la inflación y los impuestos “saludables”.
En 2023, según NielsenIQ, se observó una disminución del 3.7% en las ventas en estos establecimientos a nivel nacional, situación que no ha sido ajena en Ibagué y el resto del Tolima. Sin embargo, su capacidad para ofrecer crédito informal y la proximidad a los consumidores representan ventajas competitivas duraderas.
Los retos exigen implementar estrategias para fortalecer su posición económica, como la diversificación de productos, la adopción de tecnologías para la gestión de inventarios y la mejora en mecanismos de fidelización de clientes; la integración de métodos de pago electrónicos y el uso de plataformas digitales también podrían aumentar su competitividad frente a opciones más modernas de comercio.
