Los mandatarios tienen la autonomía para nombrar a los integrantes de sus equipos de trabajo, pero deben ser responsables al designar personas que tengan conocimiento de las funciones que se les encargan, que sean líderes admirados en sus dependencias, que no enfrenten conflictos de intereses y, sobre todo, que no olviden que son servidores públicos.
Desde el primero de agosto de este año, el alcalde Andrés Hurtado nombró a la abogada Olga Lucía Liévano como Secretaria de Movilidad de Ibagué, pese a que nunca había estado al frente de una entidad relacionada con el sector del transporte.
Liévano ha sido secretaria Administrativa, de Educación y jefa del Departamento de Asuntos Jurídicos de la Gobernación del Tolima. Este último cargo lo desempeñó en la administración del exgobernador Luis Carlos Delgado (2012-2015), periodo en el que coincidió con un rápido ascenso social y económico.
La señora Liévano y su esposo, el abogado Eduar Rodríguez, pasaron de residir en una modesta vivienda del barrio Villa Café y se mudaron a su lujosa casa de la parcelación Las Victorias, residencia avaluada en varios miles de millones.
Pero más allá del éxito profesional de estos dos abogados hay algo más grave. Liévano y Rodríguez tuvieron varios líos con la Secretaría de Movilidad de Ibagué durante la administración del exalcalde Guillermo Alfonso Jaramillo (2016-2019).
El esposo de la hoy Secretaria de Movilidad fue sorprendido conduciendo en estado de embriaguez el 16 de enero del año 2016, a la 1:20 de la mañana, en el norte de Ibagué. Rodríguez recibió una sanción económica de $28 millones y le suspendieron su licencia de conducción durante 25 años.
Sin embargo, el reconocido abogado, asesor de varias entidades del Estado y conocedor de las normas colombianas, pasó por alto la decisión de la Secretaría de Movilidad y continuó conduciendo su camioneta por las calles de Ibagué. En agosto de 2019 fue sorprendido por un grupo de agentes de Tránsito cerca a la sede de la Gobernación del Tolima, como lo reportó en su momento EL OLFATO.
Meses después, Rodríguez protagonizó otro hecho que está documentado en un expediente en la Secretaría de Movilidad. Resulta que una de sus busetas, porque son varias, atropelló a una menor de edad y el vehículo fue inmovilizado.
Según los documentos oficiales, el señor Eduar Rodríguez fue hasta el parqueadero en el que estaba inmovilizada la buseta y la retiró a las malas. Luego, a través de acciones legales, un juez local accedió a devolvérsela.
Y para rematar, debido a su amplia flota de busetas, el esposo de la funcionaria reclamó a la Secretaría de Movilidad porque no le otorgaban unos cupos para la reposición de estos vehículos y, al parecer, para presionar a los funcionarios de esta dependencia, llevó a un exgobernador hasta la sede de la entidad para que les resolviera su petición.
Con todos estos conflictos de intereses y con el mal ejemplo del esposo de la funcionaria, el alcalde Andrés Hurtado nombró a la abogada Olga Lucía Liévano para que dirija una de las dependencias más neurálgicas de la Administración Municipal, pues no solo define la suerte de la caótica movilidad de la ciudad, sino que también fija las pautas del sistema de transporte público en el que la familia tiene abiertos intereses.
Pero, además: ¿qué pasará con los procesos que tiene su esposo? ¿seguirá conduciendo su camioneta ahora que su mujer es la Secretaria de Movilidad? ¿Qué libertad tendrán los agentes de Tránsito a la hora de realizar comparendos por embriaguez? ¿Qué injerencia tendrá Rodríguez en la operación de la dependencia?
En lo que va del presente gobierno, la Secretaría de Movilidad de Ibagué ha tenido tres encargados: César Yáñez, Juan Carlos Núñez y Olga Lucía Liévano, y los problemas operativos persisten, los cambios prometidos en vías como la carrera Sexta y el contraflujo de la avenida Guabinal no se han implementado.
Posdata: Como si lo anterior fuera poco, la jefa de la cartera de Movilidad ha sido denunciada por su displicencia, altivez y arrogancia, incluso, por los mismos compañeros del gabinete del alcalde Andrés Hurtado.