La iniciativa ambiental del Día sin carro y sin moto en Ibagué es importante y necesaria, pero tal vez inoportuna en estos tiempos de crisis y de reactivación económica. (Ver: El 83% de los comerciantes indicaron que sus ventas disminuyen en jornadas de sin carro y sin moto en Ibagué)
El pasado miércoles se evidenció un negativo impacto económico en el comercio local: parqueaderos públicos, lavaderos de autos, talleres, servitecas, ventas de autopartes y restaurantes estuvieron prácticamente cerrados.
Otros establecimientos como: supermercados, centros comerciales y grandes superficies abrieron sus puertas, pero solo generon pérdidas por la ausencia masiva de clientes.
En la calle muchos se preguntaron por qué la administración del alcalde Andrés Hurtado llevó a cabo la actividad. Vale la pena aclarar que no fue una imposición suya. El Día sin carro y sin moto quedó aprobado por el Concejo de Ibagué desde el año 2010.
La iniciativa fue impulsada en el gobierno del médico Guillermo Alfonso Jaramillo, quien logró que la ciudad tuviera dos jornadas en el año: una en cada semestre.
Sin embargo, la pandemia del COVID-19 tiene muy golpeada la economía y es necesario que Hurtado y el Concejo de Ibagué analicen algunas modificaciones. Por ejemplo, desarrollar la iniciativa ambiental un domingo o un día feriado, y no los miércoles como quedó aprobado.
Ese será un tema de debate y concertación, porque debemos velar por el medioambiente y por el bolsillo de miles de familias.
No obstante, hay otro punto importante que debe discutirse. ¿Basta con restringir dos días en el año la movilidad de vehículos particulares en Ibagué? No.
Este Acuerdo buscaba estimular, en el corto y mediano plazo, una movilidad sostenible, lo cual se quedó en el papel.
No hay campañas que inviten al uso del transporte público, los conductores de busetas y taxis tampoco prestan un buen servicio, no hay suficientes ciclorutas, la delincuencia azota a los ciudadanos, los andenes no existen o están invadidos por carros, motos y ventas estacionarias, y la conciencia ambiental prácticamente no existe.
Y ni qué decir de la promesa de campaña de las zonas azules. Hurtado finaliza su segundo año y no ha podido implementarlas, pese al avance que dejó el exsecretario de Movilidad José Alexis Mahecha. Con altas tarifas de estacionamiento también se desestimula el uso de los carros.
Así pues, la ciudad necesita una movilidad sostenible, pero, ojalá los 365 días del año y no solo el Día sin carro y sin moto. Pensemos en el futuro: estamos a tiempo.