Una de las tareas inmediatas que tenía que atender la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, eran la movilidad y la recuperación de la malla vial. En campaña lo admitió y prometió acciones rápidas para enfrentar estos problemas que afectan el día a día de esta deteriorada ciudad.
Después de casi seis meses al frente del Palacio Municipal los resultados no se ven y las dos funcionarias encargadas de atender la movilidad y la malla vial ya no están en el gobierno.
Johana Catalina Díaz y Ginna Paola Reinoso dejaron recientemente sus cargos y volvimos al círculo vicioso de todos los gobiernos: cambios periódicos de secretarios, proyectos interrumpidos y la ciudad atascada y rota.
La alcaldesa Johana Aranda dijo que habilitaría, desde la Secretaría de Infraestructura, unos equipos para reparar rápidamente las calles en peor estado. Los denominó ‘ambulancias tapahuecos’. Pero este programa no está funcionando porque no tiene recursos.
Lo poco que se hizo en la primera parte del año, como la recuperación de la calle 37, entre las avenidas Guabinal y Ambalá, y la rehabilitación de las vías internas del barrio Casa Club se logró con la adición de un contrato que venía ejecutando desde el año pasado el ingeniero Ricardo Ortigoza, a quién le entregaron $11.000 millones más para esta vigencia.
Y en materia de Movilidad no se ha hecho mucho. La mandataria prometió contraflujos en las horas de mayor congestión vehicular, dijo que contrataría a los ‘paleteros’ como orientadores viales y anticipó que la carrera Sexta quedaría en un solo sentido, pero no ha cumplido ninguna.
Los trancones en las avenidas Mirolindo, Ambalá y Pedro Tafur siguen intactos. La ausencia de guardas de Tránsito es el pan de cada día y los cráteres siguen aumentando su tamaño y profundidad.
Ojalá los asesores de comunicaciones de la Alcaldía de Ibagué continúen con la magnífica idea de montar a la alcaldesa Johana Aranda en taxis para que ella pueda ‘descubrir’ los huecos de la ciudad.
Seguramente lograrían muchos videos para TikTok e Instagram, porque hay bastante material audiovisual. Por ejemplo, deberían ampliar la ruta por la avenida Ferrocarril, en el carril de descenso, entre las calles 37 y 42. O pasaran por la calle 60, entre la carrera Quinta y la avenida Mirolindo. Solo en estos ejes viales hay huecos tan peligrosos que generarían muchas visualizaciones y reacciones.
Este semestre hubo más espectáculo que obras y gestión.