Easy Fly y Avianca hacen imposible volar desde y hacia Ibagué
Ibagué está prácticamente incomunicada del resto del país vía área, lo cual afecta directamente la competitividad y el turismo de la región.
Las compañías Easy Fly y Avianca, que operan las rutas Ibagué – Medellín e Ibagué Bogotá, respectivamente, ofrecen unas tarifas costosísimas que resultan impagables para muchos.
Ir un fin de semana a Bogotá en Avianca cuesta $955 mil en promedio, mientras que el desplazamiento, ida y vuelta a Medellín, no baja de $784 mil en Easy Fly.
Esto es francamente un abuso y ni las autoridades locales ni los congresistas de la región han podido hacer algo para que la Aeronáutica Civil intervenga.
Precisamente, ante la negligencia del alcalde Andrés Hurtado y del gobernador Ricardo Orozco, los usuarios del transporte aéreo en Ibagué han tendido que buscar alternativas para volar a ciudades como Medellín o Cartagena.
Muchos prefieren viajar en bus hasta los aeropuertos de Armenia y Pereira, en donde se pueden conseguir tiquetes hasta por $120.000 a uno de esos destinos.
¿Por qué ciudades como Pereira y Armenia han logrado tarifas decentes y nosotros en Ibagué no? Ambos aeropuertos son internacionales y sus dirigentes han trabajado duro por convertir al Eje Cafetero como un verdadero destino turístico.
La exrepresentante a la Cámara y ahora candidata a la Gobernación del Tolima Adriana Matiz buscó insistentemente que la Aeronáutica Civil mediara ante las aerolíneas y abriera nuevas rutas, para que fueran operadas por otras empresas de aviación, pero todo terminó en nada.
¿Por qué? Lamentablemente Ibagué sigue siendo invisible en turismo nacional y tampoco resulta atractiva para los inversionistas. Una muestra de ello es que, en octubre del año pasado, la Aerocivil autorizó que la aerolínea de bajo costo Wingo operara la ruta Ibagué – Bogotá – Ibagué, pero esta compañía decidió no hacerlo y prefirió ir a la ciudad de Armenia.
Esta situación pone en evidencia la falta de trabajo articulado de los gremios económicos, la dirigencia política y las autoridades locales. Nuestros 'lideres' se la pasan tomando tinto en reuniones estériles, asistiendo a eventos sociales y posando en las redes sociales, celebrando contratos entre ellos, y comentando los chismes del día a día de nuestra parroquia.
Ojalá algún día la ciudad salga del atraso y reaparezcan verdaderos liderazgos como el que tuvo hace décadas el empresario Santiago Meñaca, promotor de universidades, medios de comunicación y aerolíneas como la desaparecida Aires.