Arrancó la agenda de tres días sin IVA en el país, a través de los cuales, según lo propaga el Gobierno a los cuatro vientos, se pretende favorecer a los colombianos y a los comerciantes que claman y claman por estrategias para la reactivación económica.
Pero la pregunta de una inmensa mayoría es, ¿de quién fue la idea del Día sin IVA?, ¿a quiénes realmente favorece? Hay muchas interpretaciones por parte de los consumidores, muchos de ellos compulsivos compradores, quienes no reparan mucho a la hora de rayar tarjetas.
Entre tanto, otros cuantos, un poco más escépticos sobre la auténtica efectividad de la medida, creen que el favorecimiento es para los conglomerados económicos.
Recordemos que la iniciativa nació en el actual Gobierno como parte de la denominada ‘Ley de crecimiento económico’, la cual busca incentivar el consumo y estimular el promedio de ventas en las grandes superficies, tiendas y almacenes de cadena, golpeados por la dura pandemia del COVID-19.
Fedesarrollo recientemente ha divulgado cifras del crecimiento de la economía y la recuperación de la confianza de los consumidores, en la medida en que se ha ido recobrando gradualmente la normalidad en las actividades cotidianas de los colombianos y con ello la capacidad para volver a acceder a los anunciados beneficios de comprar sin tener que pagar el IVA, que corresponde al 19%.
No podemos perder de vista el modelo de nuestro Estado, el cual plantea un esquema para que Colombia sea una nación en la que la inmensa mayoría de sus habitantes tengan que trabajar, trabajar y trabajar, para posteriormente consumir, consumir y consumir.
Esto quiere decir que hay una especie de carrusel, en el que el colombiano no tiene ninguna posibilidad de ahorrar o planificar su futuro y el de su familia, pues la consigna que se ha implantado es la de comprar, comprar y comprar.
El Día sin IVA, según las estadísticas de las entidades financieras y los expertos en mercadeo, impulsa a los colombianos para adquirir fundamentalmente electrodomésticos, tecnología y accesorios, lo cual no constituye una necesidad básica o sentida de un grupo familiar o una prioridad en su proceso de supervivencia.
Y, mientras tanto, muchos se preguntan quién o quiénes se encargan de realizar una estricta vigilancia a las entidades comerciales y a su tabla vigente de precios antes, durante y después de la jornada sin IVA, para verificar que, evidentemente, se le esté reconociendo el descuento del IVA a la gran masa de consumidores y, que el famoso día no sea un estímulo ficticio, que solamente forme parte de la invasiva propaganda comercial con la que se empuja a los colombianos a gastar, gastar y gastar.
¿Habrá estadísticas que demuestren que realmente un alto porcentaje de la población reciba beneficios en sus necesidades básicas con jornadas como el Día sin IVA, que además se agregan a los ya también permanentes y casi institucionales Cyber lunes, Black Friday y tantos más de su estilo? ¿Usted qué opina?