La complejísima crisis que vivimos en Colombia exige de todos, en especial de los que desempeñamos funciones públicas, una participación activa, empática y muy responsable, no solo en conocer la situación, analizarla y opinar sino también y, sobre todo, aportar propuestas de solución y ofrecer sus espacios para promoverlas y concretarlas.
En este orden de ideas, reconociendo que la actual crisis se manifiesta en un gran estallido social ocasionado por problemas estructurales acumulados (desigualdad, pobreza, exclusión social, corrupción, etc.) y una desacertada gestión del gobierno actual, que además ha sido agravada por un pésimo tratamiento a la protesta social (violencia policial, soberbia oficial, complacencia gubernamental con el neo paramilitarismo, etc.), y por los impactos socioeconómicos de la pandemia, también deficientemente tramitada por el Gobierno.
Esta crisis se ve complementada con las particularidades de la situación socio económica regional y local que merecen nuestro interés y concurso.
Por esta razón me permito presentar a la opinión publica ibaguereña una propuesta de tratamiento regional a la crisis, con el liderazgo de la Administración Municipal, pero con la más amplia participación de las fuerzas vivas del Municipio, que complemente la necesaria y urgente solución nacional negociada a esta crisis.
Se trata de concertar con la población movilizada un espacio permanente y metódico de diálogo y negociación, que permita que el Estado escuche de viva voz los opiniones y requerimientos de los ciudadanos y en lo que sea de competencia se acuerden soluciones para el corto, mediano y largo plazo.
Como no se trata de generar un show mediático más, sino de generar acuerdos que se conviertan en política pública ya, considero como Concejal y en el marco de nuestras competencias que el escenario ideal es el de cabildo abierto, donde ciudadanos de todos los sectores (jóvenes, estudiantes, trabajadores, docentes, microempresarios, empresarios, agricultores, mujeres, indígenas, población LGTB, etc.) y los representantes de la institucionalidad nos escuchemos y construyamos propuestas que verdaderamente respondan a los intereses de la población.
Respecto al método del diálogo y negociación aquí propuesto, sugiero iniciar con gestos paralelos de disposición al diálogo, que pudieran ser la declaración formal de la Alcaldía de no utilizar la “Asistencia Militar” ofrecida por el gobierno nacional, la desmilitarización de la protesta, la no presencia permanente del Esmad en las marchas, el levantamiento de los bloqueos y la vigilancia social de los marchantes para impedir el vandalismo.
En un ambiente así podría ser posible la definición conjunta de una hoja de ruta de los diálogos, para que sean cortos y efectivos.