Dada la altísima afectación de la pandemia del COVID 19 sobre todos los aspectos de la vida social, es difícil desconocer que nos enfrentamos a un verdadero desastre, con variados y duraderos impactos para la humanidad por muchos años. Sin embargo la respuesta gubernamental no está siendo la más acertada, ni el escenario nacional ni en lo local. Esta débil y equivocada respuesta gubernamental está ocasionando que este desastre se convierta en una catástrofe, en especial para los ibaguereños.
Concentrándonos en la problemática de Ibagué, a la luz de la Política Pública para la Gestión del Riesgo de desastres, es evidente la irresponsabilidad y la mediocridad de la respuesta gubernamental ante el desastre, en todos los aspectos:
No se ha entendido la necesidad de generar un proceso social, liderado por la administración municipal, para la formulación de las políticas, planes y proyectos que permitan enfrentar la emergencia con éxito. No existen tampoco mecanismos de seguimiento y evaluación de las medidas tomadas, para generar correctivos a tiempo. Los ibaguereños estamos viendo medidas y acciones de la administración municipal, incongruentes entre sí y con las que están tomando las demás instancias de gobierno, ejemplo, los “toque de queda”, la apertura o no apertura de sectores productivos, etc.
No se advierte un verdadero esfuerzo para el conocimiento del riesgo que estamos enfrentando. La administración municipal no concurre con la gobernación y el gobierno nacional para lograr un volumen de pruebas en todo el municipio, que nos permita conocer el comportamiento del contagio y así mismo decretar los cercos epidemiológicos para su contención. En Ibagué no se ha realizado un programa masivo de pruebas.
Además de los esfuerzos del sector privado (clínica minerva) y de la Gobernación del Tolima (Hospital Federico Lleras – limonar) la gestión de la administración municipal para reducir el riesgo, que debería expresarse en la generación de camas para hospitalización y de Unidades de Cuidados Intensivos, hasta ahora es nula.
La ayuda humanitaria realizada por la administración municipal, además de estar seriamente cuestionada por corrupción y politiquería, fue absolutamente insuficiente para garantizar el sostenimiento alimenticio de las familias durante una cuarentena de más de 4 meses. Quien puede sostenerse por 4 meses o más con un mercado para una semana?. Además de los demás gastos familiares (pago de arriendos, servicios públicos, etc.), para los cuales las ayudas son todavía más pírricas.
Teniendo en cuenta que uno de los mayores impactos es el económico, no encontramos por parte de la administración municipal un esfuerzo serio para el reconocimiento de la línea base del problema (la situación inicial), la evaluación del impacto (cierre de empresas, pérdida de empleos) y adopción de estrategias y acciones para corregir los impactos negativos y sobre todo para prevenir mayores afectaciones. Ni siquiera hay claridad en la administración municipal acerca de la estructura del empleo en Ibague, se desconoce que el mayor empleador es el sector de la microempresa. Por todo esto brilla por su ausencia una política de reactivación económica y, a esta altura, no veo como se podría financiar si en el plan de desarrollo no se apropiaron los recursos para ello. Es por esto que los actuales indicadores económicos nos muestran una tasa de desempleo actual en Ibagué del 37.6%. Esto quiere decir que 38 de cada 100 Ibaguereños en edad de trabajar se encuentran desempleados. No es extraño que al fin de año tengamos una tasa de desempleo de cerca del 50%.
Mientras todo esto sucede vemos al Alcalde dedicado a entregar algunos mercados (tomándose las fotos respectivas) e inaugurar las obras que dejo contratadas y en curso la Administración del Dr. Guillermo Alfonzo Jaramillo (las Instituciones Educativas de Jornada Única, Las obras de infraestructura deportiva, el acueducto complementario, etc.). Las mayores preocupaciones de la Administración Municipal se concentran en algunas obras que quedaron en el Plan de desarrollo con el gran deseo de contratar (deseables, necesarias pero no urgentes).
Pero como no se trata de una “queja lastimera” de todo lo malo que nos pasa a los Ibaguereños, desde estas letras proponemos a la administración Municipal que se replanteen las políticas y que se definan planes, programas y proyectos para actuar positivamente en procura de soluciones a esta problemática, aplazar las inversiones y destinar los recursos a fortalecer el sistema de salud y masificar las pruebas para contener la pandemia.
Llamamos a los ciudadanos y a las organizaciones sociales a exigir a la administración municipal medidas de solución inmediatas en el campo de la salud, en las urgentes ayudas humanitarias y en la imperiosa reactivación económica, bienvenidos los pronunciamientos masivos en redes sociales y demás formas de protesta social que sean posibles repetando el aislamiento preventivo y sin arriesgar la vida de los ciudadanos.