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A propósito de la llegada de OXXO a la ciudad de Ibagué, lo cual en efecto es una buena noticia en términos de generación de empleo y una mayor oferta comercial, existe una disyuntiva en donde constantemente nos preguntamos: ¿Por qué esperar a que lleguen otras empresas para dinamizar nuestra economía y no apoyar las que ya tenemos actualmente? Y no, esto no es una crítica, sino quizás un cambio de chip y de mentalidad. Lo demostramos en el fracasado Jamming, en donde cientos de emprendimientos lograron no quebrarse gracias al apoyo masivo de los ibaguereños. ¿Por qué no hacerlo de forma constante?
Comprar productos regionales es una estrategia poderosa para fortalecer nuestra economía local. Al preferir los productos y servicios de Ibagué, estamos invirtiendo directamente en nuestra comunidad. Cada peso gastado en un negocio local tiene un efecto multiplicador: se reinvierte en nuestra ciudad, creando más empleo, mejorando la infraestructura y aumentando la calidad de vida de todos.
Tomemos como ejemplo a los paisas. En Antioquia, el regionalismo no es solo una práctica, sino una filosofía de vida. Su identidad se refleja en el orgullo que tienen por sus productos y su capacidad de innovar y competir en el mercado. Las empresas paisas no solo prosperan localmente, sino que también alcanzan mercados nacionales e internacionales. Esto se debe en gran parte a la fuerte cultura de apoyo mutuo y consumo local que caracteriza a su sociedad.
Entonces, ¿qué nos impide a los ibaguereños adoptar esta misma actitud? La clave está en valorar y reconocer la calidad y el potencial de nuestros productos y servicios locales. Tenemos emprendedores talentosos que ofrecen desde artesanías únicas hasta tecnología innovadora, pero necesitan nuestro apoyo para crecer y consolidarse.
Además, el consumo local tiene beneficios ambientales. Al reducir la necesidad de transporte de productos, disminuimos nuestra huella de carbono y contribuimos a la sostenibilidad. En una época donde el cambio climático es una preocupación global, esta es una razón más para apostar por lo local.
Las autoridades locales también tienen un papel crucial. Deben fomentar políticas que apoyen a los emprendedores ibaguereños, proporcionando acceso a financiamiento, capacitación y espacios para comercializar sus productos. Campañas de sensibilización pueden ayudar a cambiar la mentalidad de los consumidores, resaltando las ventajas de comprar regionalmente.
Es hora de hacer del regionalismo una prioridad en Ibagué. No necesitamos esperar a que lleguen grandes cadenas para dinamizar nuestra economía. Tenemos el talento, los recursos y la capacidad para hacerlo nosotros mismos. Al apoyar a nuestros emprendedores, no solo estamos invirtiendo en su éxito, sino en el futuro de toda nuestra ciudad.
En conclusión, comprar regional no es solo una cuestión de economía, sino de identidad y sostenibilidad. Si los paisas pueden hacerlo, nosotros también. La próxima vez que vayas a hacer una compra, pregúntate: ¿Cómo puedo apoyar a mi ciudad hoy? La respuesta está en el regionalismo. Es hora de adoptar este cambio de chip y hacer de Ibagué un ejemplo de crecimiento económico local.
