En el contexto económico actual de Colombia, las empresas deben ser el eje central de cualquier estrategia de reactivación económica. Durante el gobierno del presidente Petro, hemos visto una serie de políticas que han generado incertidumbre, afectando negativamente la inversión y el crecimiento. Sin embargo, es imperativo que el gobierno reconozca el papel crucial que juegan las empresas en la recuperación económica del país. Los datos económicos actuales subrayan la urgencia de esta necesidad.
El crecimiento económico de Colombia ha mostrado signos de estancamiento en la era Petro. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el crecimiento del PIB en 2023 fue de apenas 0.5%, muy por debajo de las expectativas y del crecimiento observado en años anteriores. Este débil desempeño se refleja en múltiples sectores, especialmente en la industria y el comercio, que han mostrado caídas continuas durante más de un año.
El desempleo es otro indicador alarmante. La tasa de desempleo ha oscilado alrededor del 10,6% en los últimos meses, un nivel preocupante que refleja la incapacidad del mercado laboral para absorber la oferta de trabajo. Este problema se agrava con la alta informalidad laboral, que supera el 60%. Las empresas son esenciales para generar empleo formal y reducir la informalidad, pero necesitan un entorno favorable para crecer y contratar.
La inversión, tanto nacional como extranjera, ha caído drásticamente. Según datos del Banco de la República, la inversión extranjera directa (IED) disminuyó un 15% en 2023 comparado con el año anterior. La incertidumbre generada por las políticas económicas y la inestabilidad jurídica ha desincentivado a los inversionistas, afectando proyectos claves en sectores como la infraestructura, la energía y la manufactura. Sin una recuperación en la inversión, es difícil imaginar un crecimiento económico sostenido. Los cambios constantes y las decisiones poco consultadas generan desconfianza y paralizan las decisiones de inversión.
Las empresas son la solución porque son las principales generadoras de empleo, innovación y riqueza en cualquier economía. En Colombia, donde el desempleo y la informalidad son problemas persistentes, apoyar a las empresas para que puedan crecer y prosperar es esencial. Las políticas actuales han incrementado la tasa impositiva combinada del 40% al 60%, elevando significativamente el costo de capital. Este aumento, junto con la eliminación de varias exenciones y el regreso del impuesto al patrimonio, ha desincentivado la inversión y ha contribuido a la caída económica que estamos observando.
Es crucial que el gobierno de Petro entienda que la reactivación económica no se logrará con aumentos impositivos que desmotivan a los empresarios e inversores. En cambio, se necesita un entorno favorable que promueva la inversión y el crecimiento. Esto incluye una reducción de la tasa impositiva corporativa y la implementación de incentivos fiscales que fomenten la inversión en sectores estratégicos.
Las empresas deben ser el foco principal de cualquier estrategia de reactivación económica en Colombia. El gobierno de Petro tiene la responsabilidad de darle un giro a la economía, creando políticas fiscales favorables, estabilidad regulatoria y un diálogo constructivo con el
sector empresarial. También debe reconsiderar la reforma laboral para asegurarse de que no imponga barreras adicionales a la creación de empleo y la formalización laboral. Solo así se podrá revertir la tendencia negativa actual y poner al país en la senda del desarrollo sostenible y el bienestar para todos los colombianos. La solución son las empresas, y es hora de que el gobierno lo reconozca y actúe en consecuencia.