Felices, saltando en una pata, se les vio a algunos miembros del desteñido partido liberal en el Tolima posando en fotos y videos durante la reciente visita del Senador y candidato presidencial Gustavo Petro Urrego.
Y como no, pues ante la falta de figuración y vitrina, les cayó como anillo al dedo la visita de Petro, pues pelecharon cámara de lo lindo creyendo, tonta e ingenuamente, que esto les representa un impulso a sus moribundas campañas al Congreso de la República de Colombia.
Antes de entrar en materia, es preciso hacer referencia a qué es una rémora, pues guardadas las proporciones, la descripción de este pequeño vertebrado marino le viene bien a más de uno.
Dice Google, para facilitar el ejercicio, que una rémora es un “pez que se adhiere fuertemente a los objetos flotantes o a otros vertebrados acuáticos, para ahorrar esfuerzo en sus desplazamientos y alimentarse de despojos; hay varias especies; es voraz y vive en aguas tropicales”.
Tal cual como algunos dirigentes Liberales del Tolima, que se adhieren a otros para ahorrar esfuerzos (electorales y programáticos), se alimentan de despojos (burocráticos y presupuestales), son voraces (en todo sentido) y viven en el trópico (y algunos inclusive han vivido en Suecia). ¿No resulta una maravilla la coincidencia?
Según los folclóricos miembros del directorio departamental, la victoria de Petro en el Tolima está garantizada, toda vez que se anuncia sin más ni más, la llegada de la colectividad (o lo que queda de ella) al Pacto Histórico.
Lamentablemente, el oportunismo liberal resulta poco más que pintoresco, pues al tenor de los registros electorales, es claro que el Partido Liberal es quien hoy necesita a Petro para buscar su anhelado reencauche local, más no el candidato presidencial quien ciertamente no precisa de la raquítica estructura roja para obtener una notable votación en el Tolima.
Y veamos las cifras de recientes elecciones, al menos en la ciudad de Ibagué, para hacernos una idea de lo que le podría aportar la casita roja al Pacto Histórico.
En 2018, durante la segunda vuelta presidencial, el Candidato de la coalición “Petro Presidente”, obtuvo en la capital del Tolima un total de 84.019 votos, y eso que tenía como aliado al cuestionado e investigado Guillermo Alfonso Jaramillo, avezada rémora que ha sabido pelechar simultáneamente de la izquierda y la derecha.
En ese mismo año, la lista liberal a la Cámara de Representantes obtuvo en Ibagué la lánguida cifra de 12.537 votos. Esos voticos liberales a la Cámara, en términos generales, representan tan solo el 14% de los votos que obtuvo Petro en Ibagué en la segunda vuelta.
Entonces: ¿si será que Petro necesita al Partido Liberal para hacerse a la victoria en 2022? Aunque todo voto cuenta, claramente Petro Urrego no necesita a los Jaramillo y su decadente camarilla para afianzar sus posibilidades en estas tierras.
La cosa es al revés amigos. Como ya sugerí, el Partido Liberal, en su desesperada búsqueda de una curul a la Cámara y evitar así su desaparición, ahora se presenta como una fuerza progresista, anticorrupción, sintonizada con las necesidades de los pobres, desempleados y menesterosos, razón por la cual encuentran coincidencias con Petro y se muestran entonces como una colectividad renovada y aguerrida. Vaya chiste.
Lo que intentan es que muchos que se identifican con Petro en el Tolima, decanten esas preferencias presidenciales en las elecciones al Congreso votando por el Partido Liberal, pues no tienen otra forma de aumentar su ya disminuida cauda electoral.
Y es que no se qué le pueden aportar unos cuestionados dirigentes locales al Pacto Histórico. ¿Será que la experiencia en alumbrados navideños, contrataciones de un solo proponente, negociaciones con chatarreros o cercanía con sujetos como Arciniegas Lagos, hoy preso por corrupto, le aportarán algo a Petro y su causa en el Tolima? ¿Acaso quienes han dado ejemplo de mediocridad administrativa e irresponsabilidad política, podrán dar luces sobre el futuro de Colombia? ¿Es posible que Liberales que no han tenido recato alguno en negociar acuerdos con el Centro Democrático, olvidándose de las víctimas las víctimas del conflicto y la defensa del proceso de paz, tienen la autoridad para proponer cambios desde la perspectiva del Pacto Histórico? ¿Es lógico que individuos con familiares en altos cargos en el gobierno Duque, hoy enarbolen sin titubeo alguno las banderas de la oposición? La respuesta a todo esto es un NO rotundo.
Cierro con lo siguiente: lo mejor que le podría pasar al Partido Liberal en el Tolima en las próximas elecciones al Congreso es no obtener curul alguna.
Muchos liberales queremos la renovación del partido, pues las ideas liberales viven y se sienten en el Tolima, pero esto solo será posible cuando la actual “dirigencia” sucumba finalmente ante la vergüenza electoral y se vean obligados a su retiro. Solo en ese momento, y como el Ave Fénix, podrá el Partido resurgir de sus cenizas.
Desde ya, anuncio que por el bien del Partido Liberal y su futuro, no votaré por lista alguna del Partido Liberal en las elecciones de Marzo de 2022. Es un acto de responsabilidad con mis convicciones liberales y con el Tolima. Ojalá pueda convencer a muchos de actuar en el mismo sentido.