Hace algunas semanas, y con motivo del Mundial de Patinaje celebrado en Ibagué, algunos sectores se mostraron escandalizados por las inversiones y apoyos que desde Gobernación y Alcaldía se hicieron para lograr la sede de tan importante evento internacional. Más allá del oportunismo de algunos ‘preocupados’, es necesario avanzar en un análisis preliminar sobre los efectos económicos de la realización de actividades nacionales e internacionales ligadas al deporte.
En primer lugar, es pertinente hacer referencia al impacto que eventos deportivos puedan tener en generación de empleo en Ibagué. Sin lugar a dudas, y al revisar las estadísticas recientes del DANE, resulta claro que el mayor impacto se registra en la actividad de “alojamiento y servicios de comida”, que ha venido recuperando su dinamismo en los meses recientes.
Este sector, en efecto, sufrió de manera severa las consecuencias de la pandemia y los confinamientos durante 2020. Según la Encuesta Integrada de Hogares (EIH), durante los trimestres móviles abril-junio, mayo-julio y junio-agosto de 2020, la actividad de “alojamiento y servicios de comida” registró promedios de personal empleado de tan solo 10.000 personas. Esto contrasta con el trimestre móvil julio-septiembre de 2021, en donde las cifras sugieren una importante recuperación, pues las personas empleadas se estimaban en 20.000.
La Alcaldía de Ibagué resaltó, según sus estimaciones, la creación de 1.000 empleos formales por el evento de patinaje. Sin embargo, las cifras sobre el mercado laboral que revele el DANE para el trimestre móvil septiembre-noviembre registrarán no solo la creación de esos 1.000 empleos directos, sino de un número mayor habida cuenta del efecto multiplicador del empleo directo sobre el agregado de la economía.
Esto claramente se reflejará en cifras positivas en la generación de empleo formal e informal en otras actividades económicas, particularmente las relacionadas con transporte y comercio.
Además, un análisis rápido tomando como referencia las cifras del DANE para los últimos 10 trimestres móviles, lleva a concluir que por cada 100 empleos formales que se crean, a la par se generan en promedio cerca de 76 empleos informales. Así pues, esos 1000 empleos formales que, según la Alcaldía, se crearon durante el mundial de patinaje, pudieron generar cuando menos 760 empleos informales adicionales.
Como segundo elemento a considerar en un análisis preliminar de los efectos económicos de la industria del deporte y la celebración de eventos masivos, es el que se refiere al impacto positivo en la demanda agregada. Según la Alcaldía de Ibagué, durante la semana del patinaje, la demanda de bienes y servicios por cuenta del campeonato sumó cerca de $15.000 millones de pesos a la economía local. Y aunque sería complicado estimar el impacto de este evento y otros que se puedan realizar en el Producto Interno Bruto (PIB) de la ciudad, es factible señalar que la estimulación de la demanda agregada generó efectos positivos en cuanto a la capacidad de los agentes económicos de impulsar bienes y servicios que, a su vez, se transformaron en una mayor demanda de trabajadores.
En España, por ejemplo, se estima que la industria del deporte (2018) tuvo la capacidad de contribuir en un 3,3% al PIB y generar cerca de 414.000 puestos de trabajo, algo cercano al 2,1% de la población ocupada de dicho país.
Para el caso local, y si tomamos como válidas las cifras que indican que entre el municipio y el departamento invirtieron cerca de $1.800 millones para garantizar este campeonato, se puede estimar tomando como base los promedios antes mencionados del DANE, que por cada $100 millones invertidos por la administración pública en esta actividad deportiva, se generaron cerca de 55 empleos directos y 42 indirectos.
Igualmente, por cada $100 millones en inversión pública, se generaron alrededor de $833 millones en consumo privado, lo cual confirma que la inversión pública en actividades deportivas tiene un notable efecto multiplicador y redistributivo en la economía.
Ya que la ciudad le perdió el miedo a organizar eventos de talla mundial, es de esperarse que la capital del Tolima se siga consolidando como un importante destino en materia deportiva pues, como lo sugieren las cifras, además de posicionar el nombre de Ibagué en el contexto mundial, es un buen negocio en materia de crecimiento y generación de empleo. No hay tiempo que perder. ¡Que venga el siguiente campeonato!