La gestión del riesgo y la prevención de desastres requieren de una planificación cuidadosa por parte de todas las instituciones. Ante amenazas latentes como la alerta amarilla por actividad sísmica del volcán Cerro Machín, no basta con la promoción de retahílas e indicaciones confusas, lo que se requiere es una intervención real en los territorios.
Desde el año 2018, Ibagué contaba con un sistema de alertas tempranas compuesto por cámaras, alarmas y redes de comunicaciones, cuyo único fin era permitir que el municipio reaccionara de manera adecuada ante desastres que pudieran ocurrir en el volcán Cerro Machín o en el Cañón del Combeima.
La mala noticia es que, hoy en día, el viajero Andrés Hurtado tiene en desuso dichas herramientas. Por una mezcla de negligencia, desinterés e irresponsabilidad, los habitantes del área de influencia del río Combeima y el volcán Cerro Machín han perdido la posibilidad de mejorar su reacción en caso de emergencias. A la Alcaldía se le olvidó que es mejor prevenir que lamentar.
Por cierto, el campo ibaguereño lleva tres años en total abandono. Para la administración municipal el bienestar de nuestros campesinos y campesinas nunca ha sido una prioridad. Prueba de ello es que las comunidades no han recibido ningún tipo de capacitación en gestión del riesgo, ni tienen conocimiento sobre cómo evacuar en caso de una emergencia.
Las confusas indicaciones de la Alcaldía incluyen 10 supuestas rutas de evacuación que no han sido suficientemente socializadas. Pero lo más preocupante es que dichas rutas son lodazales que están bordeados por enormes abismos, tal como se puede ver en varios videos que se han vuelto virales en los últimos días. Nuestros campesinos están atrapados y olvidados.
En suma, cabe destacar que la administración de Hurtado ha demostrado una ineficiencia sin precedentes. Pese a la enorme amenaza que enfrentamos, es evidente que no existe una voluntad administrativa para desarrollar estrategias sólidas de respuesta ante una eventual emergencia. Solo nos queda confiar en que nada grave ocurra.