El fotógrafo Floriberto Cardona y sus recuerdos congelados de la antigua Ibagué
Un día en 1967, uno que parecía cotidiano en San Juan de la China, fue cuando Floriberto Cardona capturó su primera fotografía a los 12 años con la cámara Brownie 6x9 de su hermana Luz Marina.
Con una memoria precisa y certera, Cardona recordó que ese fue el primer momento que congeló en su vida: su hermana montada en un caballo y su hermano sosteniendo las riendas.
"Mi hermanita Luz Marina era la telegrafista de San Juan de la China y ella llegaba a la casa con una cámara una Brownie de 6x9 y fotografiaba a sus hermanitos", contó.
Para 1972, con 16 años, empezó su recolección de imágenes: todo lo que veía merecía ser retratado, sin pensar que, años más tarde, pasarían a la historia.
"Me compré una cámara fotográfica muy sencilla y, en 1979, asistí a un taller de fotografía de Jesús Antonio Jordán. Él me indicó que debía adquirir una cámara de 35 milímetros y compré una Rolleiflex", dijo.
En ese mismo año, adquirió unos cuantos equipos de laboratorio para procesar fotografías a blanco y negro y a color. A partir de entonces se dedicó a hacer reportería gráfica en la ciudad.
"Salía a la calle y tomaba fotografías del parque Bolívar, de la carrera Tercera, el hospital Federico Lleras o el parque Centenario", precisó.
Y si se preguntan por la transición de cámara análoga a digital para este fotógrafo 'old school', él lo resumió en tres simples palabras: "no me gustó".
"Mi hija, quien vivía en España en el 2011, me obsequió una cámara Nikon digital. La miré con mucho recelo, como un juguete que no me parecía, pues estaba acostumbrado a los químicos, a la película y al papel", narró.
Sin importar cómo lo hiciese, la fotografía se convirtió en algo más que oprimir un botón: su propia forma de detener el tiempo.
"Cuando miro las fotografías pasadas de mi archivo y las compara con la realidad, pues ya esa realidad no es", explicó con nostalgia.
Cardona es un hombre apasionado por la fotografía, el ajedrez y el senderismo, aunque la primera nunca fue su forma de sustentarse, encontró en ella a su otro yo, vio su reflejo a través de un lente.
Es un día de 2022, uno que no parece cotidiano en Ibagué, cuando se admira a Floriberto Cardona y a sus recuerdos congelados.