Esta mala hora que estamos viviendo tal vez nos pueda llevar a organizar mejor nuestra casa, tal vez hoy reconozcamos como individuos lo realmente importante, la familia, la salud, la comida, en fin, lo simple. Hoy anhelamos lo simple, de nada sirven todas esas cosas que acumulamos si no las podemos utilizar, sin embargo, en ese anhelo pueden estar las respuestas que como seres sociales necesitamos y debemos comprender.
Estas medidas de aislamiento físico, nos han hecho reconocer que necesitamos del otro, ese otro para que se mantenga en casa, pues hacerlo lo protege a él, pero también a nosotros, necesitamos del otro para poder adquirir productos, pues la transacción de venta le genera ingresos a él, pero a nosotros nos permite tener alimentos, yo sé bien que en este momento ustedes ya me han entendido, nos necesitamos.
Cada vez que la humanidad ha renunciado a reconocer ese principio básico ha degradado algo, el medioambiente, la sociedad, la familia, algo se ha dañado, creo que a pesar de lo subjetiva de mi apreciación, hasta el momento muy pocas personas se atreverían a indicar que no necesitamos del otro; ahora bien, no siempre necesitamos de las mismas personas, cada situación determina una necesidad distinta y así mismo personas distintas, esta crisis requiere de ciertas personas para ser atendida, así como en periodos de guerra la sociedad necesitó a sus ejércitos, la crisis que atravesamos por este enemigo invisible que atenta contra nuestra salud y contra nuestra economía necesita de científicos, y los necesitamos con urgencia, y saben que necesitamos más? Que de una vez por todas, los políticos entiendan, que hoy necesitamos científicos.
Los países que mejor han podido paliar con los efectos de la pandemia han sido aquellos que han incorporado en los equipos de toma de decisiones a científicos, y aquí juegan todas las áreas del conocimiento papeles fundamentales, los médicos dictaminando que hacer en temas de salud física y mental, los economistas trazando el rumbo del que hacer con los recursos, los administradores indicando cual es el mejor camino para hacer uso eficiente de los mismos y así, todos contribuyendo para que su sociedad pueda salir a flote de la mejor manera, y aunque todos son importantes no quiero dejar de mencionar a los sociólogos, que son quienes mejor nos pueden ayudar a entender cómo es que responderemos a las acciones que está tomando el estado para que esto no vaya a tomar un tinte violento de respuesta por quienes estamos confinados.
Con mucha pena, en el plano local los ibaguereños no vemos esto, no vemos a los que necesitamos, o para ser justos hay muy pocas excepciones, a los que sí vemos es a los mismos con las mismas, vemos a políticos y pseudoadministradores dando palos de ciego, vemos el uso de recursos si no mal utilizados, con muchos puntos negros en la contratación, vemos el oportunismo electoral de siempre en la entrega de mercados pagados con nuestros impuestos, y lo peor, vemos a gente enceguecida defendiendo lo indefendible, defendiendo a doctores, no de los buenos, esos que curan de verdad enfermedades, ni esos que han ganado su título como máximos investigadores y han ampliado las fronteras del conocimiento, defendiendo doctores de esos que en lo académico fueron bien malitos pero cuentan con la maquinaria financiera y política para hacerse de los cargos de administración de lo público.
Los ibaguereños estamos indignados por las condiciones en las que estaba el sistema de salud regional al momento de estallar la crisis, una ley que prostituyó el sector ya casi cumple 30 años, la cual permitió la creación de estructuras burocráticas para que los recursos que los trabajadores aportan para su salud se quedaran en clubes sociales y centros de recreación, en gerentes y dueños de ips y eps con ganancias millonarias traducidas en fincas y carros de lujo, en dividendos recibidos por congresistas pues su patrimonio familiar son las eps, y no se pagaran a médicos y enfermeras como es debido, con un contrato de trabajo y todas sus prestaciones sociales de ley con un salario justo, sino que sus contrataciones fueran remedos de pagos salariales a 120 días y todas las demás cosas que hoy se saben de la forma en que se les paga a las personas que son la primera línea de lucha contra el maldito virus. Hoy sí reconocieron, pero a trancazos, que necesitábamos el hospital del limonar funcionando, que la corrupción pública nos cerró hace varios lustros, y que igualmente necesitábamos la clínica de la 60 otrora “Saludcoop”, la que la corrupción privada también nos robó, pues como siempre no importa de donde venga, la corrupción nos daña a todos y ahora que el enemigo no distingue de estratos sociales, ni de edades, ni de colores de piel, ahí sí corremos muy asustados para adecuar camas para cuando llegue lo peor, que con tristeza tengo que decirlo, no tardara en llegar.
Como ibaguereños y tolimenses necesitamos que gobernador y alcaldes organicen la casa, que entiendan que el ruego actual es por la sostenibilidad de la región, nuestra casa, que por favor se olviden de amiguismos y compromisos politiqueros y pongan al frente a los mejores, a los que saben, a los que sí se han preparado, bien dice una frase célebre que el líder no es el que sabe más sino el que se rodea de los que más saben, ¡llegó la hora! de que por favor se pongan el traje de la responsabilidad, que lo hagan a través del conocimiento científico y que se den un baño de ética para que nos dejen de joder tanto, porque esta sociedad no aguanta más de lo mismo.