Es muy difícil encontrar un negocio menos transparente que la venta de Cafesalud-Saludcoop. Tan oscuro, que no han dicho nada ni el presidente Santos ni el ministro Gaviria, intentando meternos el cuento de que un negocio de ese tamaño –en el que el favorecido recibirá cinco billones de pesos anuales– pudieron decidirlo solos la liquidadora y el Supersalud, un funcionario de menor nivel.
Tampoco registra antecedentes que el precio base de la falsa subasta apenas se conociera el día de la adjudicación y que nadie responda a las preguntas del público por un “pacto de confidencialidad”. Y porque, además, la Procuraduría denunció, antes de la venta, los numerosos elefantes que se pasearon por la operación (http://bit.ly/2r5VfKn).
No habría subasta, advirtió el ente de control. Y no la hubo porque el consorcio ganador, Prestasalud, ofreció por Cafesalud contributivo, Cafesalud subsidiado y las clínicas de Esimed, en tanto Colsanitas ofreció solo por Cafesalud contributivo. El uno ofreció por papayas y el otro por aguacates. Cero competencia, adjudicación a dedo, que con dolo presentaron como una puja que aumentaría el precio de venta.
Además, como los compradores son un consorcio conformado por 180 clínicas y hospitales, estas van a actuar a la vez como instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) y aseguradora (EPS), contraviniendo la Sentencia C-197 de 2012 de la Corte Constitucional. Y criticó también que no se exigiera, como suele hacerse, “que cada uno de los integrantes cumpla con las experiencia específica debida”, refiriéndose a que no conocen el negocio del aseguramiento propio de las EPS.
La Procuraduría también le advirtió al gobierno que la integración vertical, cantada en este caso, debe llevar a que Prestasalud contrate en exceso con las clínicas que son sus dueñas, dañando la calidad de los servicios a los pacientes y la operación del resto de las IPS tanto públicas como privadas, al perder o reducir su posibilidad de atender a seis millones de pacientes. Y con total frescura, el Supersalud dijo que el límite legal del 30 por ciento para la integración vertical no operará para este negocio (!!!). ¿Hecha la ley, hecha la trampa o introdujeron la trampa en la ley?
La Procuraduría advirtió que Prestasalud no puede cruzar las deudas de Cafesalud con sus propias clínicas –compensarlas–, según se terminó acordando, para pagar una parte de los 1,45 billones de pesos que se comprometió a cancelar. Porque ello está prohibido en el Estatuto Financiero y porque a la hora de pagar los 2 billones de pesos de deudas de Cafesalud con las IPS se daría un trato privilegiado para las que conforman el consorcio comprador, en detrimento de las restantes clínicas y hospitales a las que les debe. Este reclamo se agrava porque Prestasalud, además, podrá pagar lo ofrecido a lo largo de cinco años. “Pagó con papelitos”, dijo un conocedor.
De otra parte, en un artículo que Semana con razón tituló “Las cuentas poco claras de la venta de Cafesalud”, se señala, entre otros, que los pasivos de la EPS suman 2,9 billones de pesos, frente a un precio de venta de 1,45 billones, diferencia enorme aun si el pago de la operación fuera inmediato y en dinero contante y sonante y que pone en cuestión si los compradores tienen la capacidad para atender las necesidades de seis millones de pacientes (http://bit.ly/2qNYimE), incluido revertir la pésima atención que hoy se les presta, problema gravísimo que ha de ser la principal preocupación del país.
Tan mal salió pasarles los clientes de Saludcoop a Cafesalud, que están pendientes cuatro millones de consultas especializadas y 260 mil cirugías. Y ha recibido críticas severas que uno de los principales socios de Prestasalud fuera socio de Carlos Palacino, el principal responsable del desastre de Saludcoop (http://bit.ly/2rRR3i6). ¿Compra en cuerpo ajeno?, es la pregunta.
También deben explicar el papel en Prestasalud de Ribera Salud, empresa española acusada de corrupción en su país (http://bit.ly/2s1H9uw) y que controla la trasnacional norteamericana Centene Corporation. Que no resulte que estas sean para proteger a Prestasalud, con las normas leoninas de los TLC, por el incumplimiento de sus obligaciones en Colombia.
Coletilla: ¡Suena mucho tanto silencio sobre las nuevas acusaciones de plata de Odebrecht a las campañas de 2014 de Santos-Vargas y Zuluaga-Trujillo! ¡No al tapen-tapen! (http://bit.ly/2se21Mb).