Suele indicarse con cierta frecuencia que a las mujeres nos cuesta mucho admirar a otras mujeres y reconocerlo públicamente, pero nada se encuentra en estos tiempos más alejado de la realidad; hoy resulta sumamente sencillo expresar sororidad femenina.
De suerte que, luego de hacer una amplia reflexión sobre quién este año merece ser el personaje favorito del pueblo tolimense, no me asalta ninguna duda que, en mi lista personal, figure una mujer talentosísima e inspiradora; para mí, la gobernadora Adriana Magali Matiz es, sin lugar a dudas, la merecedora de todo galardón en este 2024.
La “gober” es una mujer que ha sabido enfrentar con valentía muchos obstáculos, de entrada, convertirse en la primera mujer gobernadora en propiedad y por elección popular en el Tolima, es el resultado de su amplia trayectoria y un carisma arrollador que cautivó a jóvenes, adultos, campesinos y mujeres.
Sin medir el círculo social e incluso político, ella supo como pocos hacer bien la tarea con decoro. Luego, sin miedo y sin rodeos defendió la institucionalidad y el territorio como solo una líder puede hacerlo por los suyos. Para agosto, cuando más ataques recibía ante la posible anulación de su elección, en medio de una rueda de prensa, la vi quebrarse, pero sus lágrimas no eran de temor, duda o decepción, eran de esas que solo las mujeres sabemos cuánto cuestan, esas que hablan de lo mucho que queremos hacer y a veces no podemos o a veces no nos dejan, sentí empatía y hasta un poco de molestia al ver que los hombres que la rodeaban en ese momento no se encontraban a la altura para animarla.
Pero lo de la “gober” esta semana, cuando en un proceso de rendición de cuentas, le envió un duro y franco mensaje al presidente Petro en el que señalaba: “soy una aliada en la búsqueda de soluciones para que la inversión social mejore la calidad de vida de los más pobres, pero que no cuente conmigo para llevar a Colombia al oscuro abismo del socialismo porque este departamento no estará dispuesto para ello”, eso es de otro nivel. Solo una mujer como ella se atreve a decir lo que muchos colombianos en el pasillo cuchichean, pero en público les cuesta reconocer. Solo una mujer como ella expresa lo que a otros les cuesta por temor, porque este es un país que se acostumbró a aniquilar con violencia a quien piensa diferente y normalmente, a suprimir a los buenos. Ella se mueve en la palabra de modo honesto, no se le ve forzado un discurso, que al analizarlo siempre promueve a hacer las cosas bien.
Hace mucho el Tolima no inspiraba del modo en que hoy lo hace, no sé si sea ella o por ella, pero algo de ella tiene que ver, y mi intuición femenina suele no equivocarse, porque los líderes como la “gober” contagian cosas buenas, atraen cosas buenas ¿han escuchado que el dinero trae más dinero? Pues lo mismo pasa con la energía, y será por eso que al mismo tiempo que la lechona es elegida como el mejor plato de comida del mundo, el amadísimo Deportes Tolima llega nuevamente a una final del fútbol colombiano, la gobernadora es considerada por la opinión pública como la mejor del país. Fue un año en que vimos al Tolima volver a repuntar en índice de competitividad turística y a Ibagué consolidarse como la ciudad deportiva.
Definitivamente los líderes auténticos inspiran, contagian, impregnan todo a su paso, hablan de frente, sin rodeos, sin ambigüedades, son calientemente serenos, así como ella.
Los líderes auténticos suelen no necesitar cargos para inspirar, pero cuando llegan a una posición de poder, son capaces de lograr lo mejor de otros, porque entienden que de eso es que se trata esto. Los líderes auténticos no acosan, no persiguen, no escudan sus decisiones en otros más pusilánimes que ellos. A un líder se le perdona errores, pero difícilmente una actitud cobarde y se podrá decir que nuestra gober comete errores, pero jamás que careció de valentía. Los líderes del Tolima tienen mucho que aprender del empoderamiento de una líder femenina como la “gober”.