Asaltos con uso de violencia excesiva, sicariatos en sectores populares y exclusivos, riñas, extorsiones y otros delitos se convirtieron en el pan de cada día en Ibagué. El hampa, en su máxima expresión, pasa todos los días por los ojos de la alcaldesa Johana Aranda, pero ella se hace la de la vista gorda.
Supuestamente, el grupo político que respalda al “hurtadismo” se destaca por la mano dura frente al crimen, pero lo que vemos en Ibagué es tolerancia con la delincuencia, falta de estrategias de seguridad claras y un incremento de los delitos de alto impacto que cada día afectan más a la ciudadanía.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre enero y abril de este año se han presentado 26 homicidios (uno más que en el mismo lapso de 2023). A estos, debemos sumar los más recientes casos de sicariato ocurridos en sectores como El Salado, El Vergel, Los Mandarinos, El Bosque, Las Ferias, Picaleña, entre otros.
De la misma manera, durante el primer cuatrimestre del año se presentaron 545 casos de riñas, lo cual representa un incremento del 3 % con respecto al periodo enero-abril de 2023. Algo similar ha ocurrido con la violencia intrafamiliar, puesto que pasamos de 483 casos en el primer cuatrimestre de 2023 a 503 casos en el mismo lapso de 2024.
Por supuesto, todo esto es producto de las malas decisiones de la Alcaldía Municipal en materia de seguridad. No podemos considerar que la convivencia es un asunto exclusivamente policivo, pues, aunque nuestras autoridades son fundamentales en el proceso, se requiere de una mayor inversión social para evitar que nuestra juventud llegue a engrosar las filas del hampa.
Es probable que el miedo de salir a las calles en Ibagué, así como la falta de oportunidades y el incremento en los índices de pobreza monetaria, sean algunas de las razones por las cuales también han incrementado los casos de suicidio. Según Medicina Legal, entre enero y abril de 2024, 15 personas se quitaron la vida en nuestra ciudad, lo cual representa un incremento del 36 % con respecto al mismo periodo del año pasado.
Infortunadamente, con el hurtadismo desaparecieron iniciativas de éxito probado como el programa “Jóvenes constructores de ciudad”, por medio del cual, durante nuestra gestión en la Secretaría de Gobierno, logramos sacar a más de 1.000 jóvenes de las calles, la drogadicción y el delito. Nosotros demostramos con hechos que la inseguridad no solo se combate, sino también se previene.
En otras palabras, Ibagué no puede basar su estrategia de seguridad en falsos anuncios de militarización y palabras superfluas de una alcaldesa que culpa a todos, menos a ella misma, por sus carencias en materia de gestión pública. Parece que solo recuerda que es la jefa de la Policía cuando tiene que hablar en ruedas de prensa, porque el resto del tiempo la ciudadanía vive a merced de la delincuencia.