El alcalde de relaciones exteriores, Guillermo Alfonso Jaramillo, nos ha prometido, como si aún estuviéramos en campaña política o bueno, a lo mejor él sí, que la capital Musical de Colombia, la está proyectando de cara al futuro pero el tiempo pasa y nada de lo que anunció en su discurso de los 100 días se ha cumplido o se está realizando.
En su informe ante los funcionarios y presidentes eternos de juntas comunales, nos dio un halo de esperanza para que olvidáramos que su llegada no fue producto de la traición del partido liberal sino que su nombre era la luz del túnel en que nos dejó el sinvergüenza y corrupto, Luis H. Rodríguez.
Ese día, que iba a ser histórico no por los anuncios sino por las realidades, ha quedado como una más de las afrentas al elector, si bien, faltan más de dos años para la terminación de su periodo, todo indica que el “mesías” del socialismo del siglo XXI no está pensando en el futuro y ni siquiera en el presente de nuestra ciudad.
Atrás quedaron las anunciadas Alianzas Públicas Privadas para la Operación de Transporte Público Colectivo; parqueadero subterráneo de la Plaza Murillo Toro, cable aéreo Panóptico- Pan de Azúcar y el de Parque de la Música- Ricaurte - Variante; Centro Administrativo Inteligente Municipal, Centro Ferias y Exposiciones, Centro de Convenciones, y tramite del proyecto que convierta a Ibagué como Distrito Capital y Ambiental de Colombia. También anunció que el Ibal sería una empresa de reciclaje pero lo único que ha reciclado es a su gerente y algunos funcionarios Petristas.
Soy partidario que el alcalde tenga contacto con otras cultura y gobiernos extranjeros, con empresarios, siempre que no sea con el propósito de viaticar lo cual evidentemente Guillermo Alfonso no ha hecho pero no significa que solo se dedique a sus anuncios y nada de realidades.
Con Corea del Sur, predijo la creación de una empresa para el uso de emisión de gases en los rellenos sanitarios. En su periplo por la China con cuatro empresarios, incluido el estandarte de todas las administraciones municipales, Oscar Hernández Arana, anunció la creación de Agrópolis, un centro para la procreación del oso de Anteojos, el puma, la Danta y tal vez los lagartos, y la cereza del postre fue la creación del Instituto Confucio para enseñanza del mandarín.
Los viajes a Alemania y Holanda para “acercar el mundo” a Ibagué nos proyectaran a una concepción más global, dice el Alcalde y aplauden sus funcionarios, pero mientras tanto, la ciudad no arranca, la movilidad es un desastre, su secretario de tránsito, mientras chatea en los pasillos de la alcaldía, en su despacho pulula la corrupción, no hay autoridad de tránsito, su presupuesto se desfinancia por no existir convenio con la Policía Nacional. El secretario de gobierno va a Planadas a hablar con los ex guerrilleros, a escuchar sus necesidades pero no escucha a los taxistas y conductores de busetas que reclaman los dejen armar porque están cansados de las extorsiones y atracos. El acueducto complementario está en veremos pero el gerente del Ibal, se preocupa más porque sus amigotes de la Guajira participen en las convocatorias de la empresa.
Las obras importantes para la movilidad anunciadas nada que arrancan pero que nadie se atreva a criticarlo, porque lo que si tiene la izquierda es que su discurso es de crítica al sistema y cuando esta llega, ordena destituir a quien se le atraviese por eso le ordena al pusilánime Concejo de Ibagué, nombre a contralores espurios.
Mientras tanto tocará decirles a los miembros de las Juntas de Acción Comunales, que en cada convocatoria llenan los toldos, que sigan esperando al fin y al cabo tienen sillas nuevas.