El Café: Motor Económico, Generador de Paz y Orgullo del Tolima
La reciente noticia sobre las medidas de seguridad anunciadas por la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, para la Feria Internacional del Café en Planadas resalta la importancia de este producto para la economía y el desarrollo del departamento. El café no es solo una bebida que disfrutamos cada mañana; es un pilar económico y cultural que representa a miles de familias tolimenses y su promoción es clave para el crecimiento de la región.
El Tolima es el tercer productor de café en Colombia, con más de 102,000 hectáreas cultivadas, según la Federación Nacional de Cafeteros. Planadas, en particular, se ha destacado por producir granos de alta calidad reconocidos a nivel nacional e internacional. No es casualidad que este municipio sea el epicentro de una feria que busca posicionar al departamento como un líder en el sector cafetero.
Más allá de su impacto económico, el café ha sido un elemento clave en la generación de paz en regiones como el sur del Tolima. Durante décadas, muchas de estas zonas fueron afectadas por el conflicto armado, pero la apuesta por el café de alta calidad y el compromiso de los caficultores ha transformado estos territorios en espacios de desarrollo y oportunidades. El café se ha convertido en un motor de reconciliación, permitiendo a comunidades afectadas por la violencia encontrar en este cultivo una manera digna de prosperar y reconstruir sus vidas.
Desarrollar el sector cafetero en el Tolima va más allá de simplemente aumentar la producción. El verdadero potencial está en la capacidad de generar valor agregado. El café de especialidad es un nicho que está creciendo a nivel global y el Tolima tiene todo lo necesario para competir en este mercado: suelos fértiles, altitudes perfectas y una tradición cafetera que se transmite de generación en generación. Sin embargo, para que este crecimiento se materialice, es fundamental que sigan existiendo políticas de apoyo que incluyan capacitación técnica para los caficultores, acceso a financiamiento y mejoras en la infraestructura vial que permitan la comercialización eficiente del grano.
Los datos hablan por sí solos: Según la Cámara de Comercio de Ibagué, las exportaciones de cafés especiales del Tolima aumentaron un 40%, reflejando un auge en la demanda y una mayor valorización de estos productos en el mercado global. No obstante, el impacto económico podría ser aún mayor si se fortalecen las cadenas productivas y se apuesta por la transformación local del producto. La creación de microempresas dedicadas a la tostión, empaque y comercialización directa permitiría que el valor del café se quede en la región, generando más empleo y mejorando la calidad de vida de los tolimenses.
En definitiva, el café no solo es un producto en sí, es parte de nuestra identidad como tolimenses. Potenciar su desarrollo significa apostar por el futuro del departamento, por la creación de empleos dignos y por un modelo de crecimiento sostenible. Si logramos consolidar al Tolima como una región de café de especialidad, no solo estaremos posicionándonos en mercados internacionales, sino que también estaremos mostrando al mundo el poder transformador del café como instrumento de paz y desarrollo en nuestro territorio.