Fernando Manrique: una vida dedicada a la enseñanza

Para los estudiantes y exalumnos de la Institución Educativa Santa Teresa de Jesús y el colegio La Presentación, el significado de disciplina, nobleza, constancia y esfuerzo se encuentra en las enseñanzas que Fernando Manrique dejó en sus vidas. 

Caracterizado por ser una persona recta en su actuar y proceder, responsable y apasionado, falleció en la madrugada del 14 de diciembre luego de sufrir un accidente de tránsito.

En sus 37 años como integrante del magisterio, Fernando educó a decenas de estudiantes del Colegio La Presentación y la Institución Educativa Santa Teresa de Jesús. 

"A Fercho, como le decía de cariño, lo recuerdo súper carismático y sabio, era ese tipo de persona que siempre que decía algo era para reconfortar, construir y aportar. Él siempre intentaba darnos enseñanzas sobre el trabajo en equipo", comentó Juanita Barragán, exalumna de la I.E. Santa Teresa.

En sus clases, el docente era muy didáctico y solía poner juegos en los que incentivaba el apoyo entre las estudiantes. Asimismo, era muy enfático en el bienestar físico y en su incidencia en la salud en general.

"Siempre nos hablaba desde el amor y en sus acciones se notaba el cariño por hacer las cosas bien, por hacer un trabajo consiente y por buscar nuestro bienestar", agregó Juanita.

Del mismo modo, Luna Romero, exalumna de la prom 2019, recuerda que era un profesor lleno de energía que estaba listo para iniciar cada clase con toda la disposición.

"El profe Fernando siempre tenía el ánimo al cien. Es una de las cosas que dejó en mí y en mi vida diaria, nos enseñaba que teníamos que darlo todo, fuera cual fuera la actividad que estuviéramos realizando", contó.

Un hombre de familia 

Fernando era un hombre de familia, y al igual que en su trabajo, era dedicado a su hogar y buscaba ser de ayuda para todos en su casa. 

"Fue quien recibió el legado de su padre Héctor José Manrique, es decir 'mantener la familia unida', para ello asumió un liderazgo que venía con él, fue así como promovió actividades y momentos que hicieran que todos se reunieran", explicó Tata Manrique, su prima.

Él organizaba las reuniones familiares en octubre para 'hacer el pan', que continuaba con la costumbre de sus abuelos y tíos. También promovió la restauración de la casa de sus abuelos en Onzaga, Santander.

"Junto con su esposa Fabiolita, impulsaron el rezo del Santo Rosario en los meses de mayo y octubre. Del mismo modo, fomentaron 'la novena de aguinaldo' para ensayar los Villancicos y realizar cada día la novena en un lugar diferente", dijo. 

"Lo recordaremos siempre amable, sonriente, enérgico y con excelente compañía. Preguntar de los valores que tenía Fernando es ir a un mundo gigantesco en el que uno no sabría cual escoger, pero si se podría resumir, diríamos familia", resaltó Tata.

Su pasión: la docencia

Descrito como "un verdadero maestro", por su compañero de trabajo, Jorge Pérez, el docente era un apasionado por la educación física y siempre les recordaba la importancia de las pausas activas y el cuidado del cuerpo. 

"Él resaltaba por sobre todo respetar la opinión ajena, no ser conflictivo, sino que, todo lo contrario, buscaba consensos y unidad en la institución. Él dejó una huella", recordó Jorge. 

Fernando Díaz, compañero de trabajo y amigo, lo recuerda como una persona alegre, poco conflictivo y que bailaba con sus compañeras.   

"Con los estudiantes, él era muy especial, estricto, como buen santandereano. Siempre enseñaba con rectitud, pero también con amor. A las estudiantes, lo recuerdan con mucho cariño y aprecio", aseguró Fernando. 

La Institución Educativa Santa Teresa de Jesús se pronunció a través de su rectora, Lilia Forero, recordando su trayectoria profesional y su amor profundo por la formación de niñas, con un sentido grande de responsabilidad y disciplina.

Para recordar su vida y darle un último adiós, el velorio se llevará a cabo en la funeraria Los Olivos.