Que retumbe el eco de la tambora, bellísimo instrumento escrito en femenino, que en este mes anuncia que por fin, en un hecho que es histórico, nuestro departamento por primera vez será gobernado por una mujer, y que siga retumbando, porque en su eco alerta que la ciudad musical, esa de la que nos queremos volver a enamorar, será igualmente liderada por otra mujer.
En este mes Adriana Magali Matiz y Johanna Aranda, recibieron oficialmente las credenciales que las acreditan como las encargadas en los próximos cuatro años de representar el liderazgo femenino, en una tierra a la que le ha costado dar a las mujeres el lugar que se merecen. De suerte que, orgullosas todas nosotras de verlas allí, puedan con todo lo que representa la naturaleza femenina, aportar en la construcción de una sociedad distinta, que asuman el reto que nos fue vedado por tanto tiempo o al que renunciamos en esa curva de lastre, que ha impedido ser, hacer y dar todo el potencial provisto en nosotras.
Hace un año celebrábamos que dos representantes a la cámara por el departamento fueran mujeres, hoy el panorama no podría ser mejor. Los más altos cargos de dirección departamental y municipal, se escriben en femenino y se insertan con tinta dorada en la justa tierra del Vinotinto y oro.
Y aunque hoy todo sea festejo para ellas y para nosotras, hay varias realidades sobre las cuales pedir desde la visión femenina a nuestras líderes una reflexión. Los datos alrededor del mundo advierten que la representación de las mujeres sigue siendo insuficiente, la ONU ha señalado este año, que la igualdad de género en el ritmo en que se encuentra solo se podría lograr en 300 años.
Analizado este dato desde el contexto de la reconfiguración del poder en el departamento del Tolima, de las 47 alcaldías disponibles solo 9 de ellas serán lideradas por mujeres, eso nos deja en apenas el 19 % de participación. En la Asamblea departamental de los 15 miembros elegidos solo 3 de ellas son mujeres es decir un 20%. De otro lado, en el Concejo Municipal de Ibagué de los 19 miembros solo 3 serán mujeres, es decir un 15% de la participación. La paridad de género está muy lejos de ser alcanzada.
Si bien, en cabeza del ejecutivo territorial, serán las mujeres las encargadas de liderar, en el nivel corporativo político-administrativo, a las mujeres les ha costado llegar, este es un desafío importante, ya que la falta de diversidad de género en las instituciones políticas puede limitar la capacidad de abordar cuestiones particulares que afectan a las mujeres y la inclusión.
En temas de género hay mucho por decir y por hacer, no se limita de modo exclusivo a los temas de violencia sexual, que, aunque es importante erradicarlos en todo orden y en todo espacio, es apenas un ápice de lo que es la lucha por la igualdad de género, temas como nivelación salarial sin discriminación por género, oportunidades de acceso a recursos, violencias económicas, y la ausencia de políticas que equilibren la vida laboral y la personal de las mujeres, deben considerarse en la agenda.
Hoy como mujer me siento orgullosa de ver a otras mujeres lograr lo que logran, pero no nos podemos conformar con ello, falta mucho, muchísimo por hacer, por lograr. Hace dos años atrás en un corto video, decía que si en las próximas elecciones las mujeres teníamos la oportunidad de votar por otra mujer lo hiciéramos y lo hicimos. Y aunque el abanico de hombres sigue siendo muy amplio, esta vez logramos un par de conquistas, pero no es suficiente. Quienes llegaron no pueden olvidar a las que las necesitan, porque es cierto que las necesitamos.