Libertad a través de la educación: así ha cambiado la vida de internos y guardianes de la cárcel de Picaleña en Ibagué
Pensar en la educación como una forma de libertad ha sido la unión entre internos y guardianes de la cárcel de Picaleña en Ibagué, pues tienen un sueño en común: ser profesionales en Comunicación Social.
Son 36 personas privadas de la libertad y 19 guardianes, quienes asisten a las mismas aulas de clase, siendo un ejemplo a seguir para la población carcelaria de otros lugares del país.
Una vida que giró 180 grados fue la del interno Juan Carlos Cruz, cuya experiencia le ha dado lecciones, literalmente, para enseñarle a su pequeño hijo a volar sin poder salir de cuatro paredes.
“Ha significado mucho para mi vida, pues me ha dado fuerzas para seguir pagando la condena. Quiero demostrarle a mi hijo que soy una persona que puede llegar a hacer grandes cosas en la vida”, expresó.
Asimismo, Édgar Hernández, otro interno, ha encontrado en el estudio la forma de reivindicarse con la sociedad.
“Con la educación profesional podremos aportar a la sociedad en la búsqueda de soluciones a diversas problemáticas. De ser un punto negro, pasamos a ser un punto positivo”, dijo.
Miles de especulaciones sobre la convivencia en la cárcel de Picaleña rodean a los internos y al cuerpo de vigilancia del Inpec, pero, a decir verdad, comparten textos, tareas, asisten a salas de prensa y acceden al material de trabajo, todos juntos.
El programa, que arrancó en el 2020 y tiene una inversión de cerca de $1.000 millones, cuenta con 55 estudiantes becados por la Gobernación del Tolima, apoyadas por el Inpec, la Universidad Uniminuto, Rectoría Tolima y Magdalena Medio.
“La beca nos cambió la vida a todos, ya que por nuestra situación económica no es fácil asumir los costos de la matrícula universitaria”, dijo el interno Diego Gutiérrez.
Por su parte, Leonardo Sánchez, coordinador del Programa de Comunicación Social de la Uniminuto, afirmó que es la primera vez en la historia que personal privado de la libertad y sus guardianes custodios reciben formación profesional como estrategia de inclusión con interacción armónica.
“Los privados de la libertad ven como sus compañeros o pares académicos a los guardianes que los custodian, lo que ha sido de gran ayuda para que este programa trascienda y tenga mayor número de alumnos”, dijo Sánchez.
Lo cierto es que el acercamiento entre guardianes e internos garantiza el cumplimiento de la función resocializadora de la pena, generando procesos de custodia y vigilancia más humanos.
“Además, se logró la vinculación de dos poblaciones opuestas, pero que en este momento trabajan juntas y unidas”, enfatizó.
Lorena Núñez Mejía, docente del programa de Comunicación Social de la Uniminuto, destacó el proyecto como ejemplo de perdón, solidaridad y resiliencia.
“Unos y otros se ayudan, se dan la mano, son amigos que comparten conocimientos y aprendizajes en busca de un bien común”, afirmó.
Y agregó: “los internos han cometido delitos, se han equivocado, pero están dispuestos a formarse, a cambiar su estilo de vida”.
Por otra parte, el gobernador del Tolima, Ricardo Orozco, aseguró que se trata de un programa de resocialización real, el cual motiva la convivencia.
“Los costos son asumidos con recursos de la Gobernación y el objetivo es graduar en un año y medio el primer grupo de comunicadores sociales”, dijo el mandatario.
De las 36 personas privadas de la libertad, que acceden a la profesionalización, ocho son mujeres. Y del grupo de 19 guardianes, nueve corresponden a uniformadas del Inpec.
El interno Víctor Zapata señaló que: “aquí adentro, el que quiere se pierde, y el que quiere sale adelante, y si quiero ser una persona de bien, yo cambio”.
Asimismo, Cinneth Moncada, miembro del Inpec, afirmó que la formación recibida junto a personas privadas de la libertad ha sido una experiencia enriquecedora.
Un hecho que marcó al programa fue que, en medio de la pandemia del COVID-19, la formación conllevó a la implementación de herramientas metodológicas en cada uno de los semestres o ciclos formativos, al mejor estilo de Radio Sutatenza.
“La radio jugó un papel crucial, ya que se pudo llegar a los estudiantes a través de nuevas metodologías para que pudieran acceder a las clases en medio de la pandemia”, dijo la docente Melissa Puentes.
Libertad a través de la educación, eso es lo que han conseguido internos y guardianes de la cárcel de Picaleña en Ibagué.