¿Su pareja la llama más de 50 veces diarias? Identifique si sus comportamientos son peligrosos para usted
En lo que va corrido del año, Ibagué ha sido epicentro de actos violentos hacia las mujeres. El más reciente se presentó el pasado 9 de agosto, cuando un hombre le disparó a su expareja y su acompañante. (Hombre le disparó a una pareja y luego se propinó un tiro en el barrio Piedra Pintada de Ibagué)
A raíz de este lamentable hecho, en el que el agresor terminó con su vida y dejó gravemente herida a la mujer, EL OLFATO consultó a expertas en el tema para conocer cómo identificar comportamientos que podrían tener un desenlace fatal.
Sandra Milena Serrano Mora, psicóloga y doctora en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, indicó que es importante entender que la “problemática en la violencia de género tiene un arraigo sociocultural, un entramado que históricamente en una sociedad patriarcal como la nuestra, facilitó ciertos roles de violencia particularmente del hombre hacia la mujer”.
Esta problemática, aunque se ha tratado de cambiar sigue presentándose, ya que, es “complicado porque no solo tiene que ver con condiciones individuales, psicológicas de una persona, sino de condiciones de crianza, contextos socioculturales y demás”, explicó Serrano.
No obstante, dijo que rara vez, una persona se levanta con la idea de matar a alguien. “Hay una historia de maltratos físicos, verbales, hay una situación que se va tejiendo, en muchos casos las mujeres han podido denunciar, en otros casos no, hay otras situaciones del sistema que retarda la atención a las víctimas”, señaló.
Asimismo, mencionó que “normalmente los feminicidios se construyen en una relación de violencia que se ha legitimado, pero en otros casos, la relación de violencia contra la mujer tiene una relación de dueños”.
Por lo tanto, afirmó que es necesario identificar las señales que determinan si una relación es compleja o está en riesgo.
Para esto, se encuentra el Violentómetro, un material gráfico en forma de regla que consiste en visualizar las diferentes manifestaciones de violencia que se encuentran ocultas en la vida cotidiana y que muchas veces se confunden o desconocen.
El Violentómetro trae tres niveles: alerta, reacciona, urgente. En la primera, se encuentran acciones como los celos, las mentiras, intimidación, amenazas, bromas hirientes, entre otras.
En la segunda, hay acciones como: empujones, golpes, pellizcos y manoseos. Y finalmente, amenazas con objetos o armas, encierro y aislamiento de los seres queridos.
Serrano explicó que este Violentómetro es la ruta para identificar y denunciar los casos de maltrato. “Que los chicos digan es que es una relación tóxica, eso es gravísimo. Eso lo que hace es mantener prácticas de violencia. Esa es la muestra de la problemática que se vive a diario y la gente no quiere entender”, puntualizó.
Los celos y la celotipia
Una de las acciones que señalan que la relación puede tener un desenlace no esperado, son los celos y la celotipia.
Diana Castellanos, psicóloga clínica con 15 años de experiencia en el ejercicio de la profesión, indicó que los celos pueden ser abordados desde varios lugares.
“No necesariamente en todas las experiencias que conocemos como celos tienen que ser patológicos”, afirmó.
Asimismo, dijo que es importante reconocer hasta dónde va un comportamiento que tiene que ver con los celos y que especialmente sucede con la pareja.
En este sentido, el sentimiento puede ser analizado desde los trastornos obsesivos compulsivos. Las personas que tienen este trastorno viven preocupados frente a la infidelidad percibida de la pareja, ya que necesariamente tiene que comprobarse el hecho.
“Generar una preocupación que deriva de unos comportamientos, unos actos que son generalmente repetitivos, que son impulsivos y tienen esta intención de confirmar que efectivamente le está siendo infiel”, puntualizó la psicóloga.
Castellanos explicó que en este tipo de actos repetitivos se encuentran llamadas a la pareja. “Son personas que pueden llamar 50, 80, 100 veces a su pareja para confirmar que efectivamente esté dónde dice que va a estar o que no esté con otra persona”.
Asimismo, optan por desplazarse a lugares para verificar en dónde se encuentra su pareja. Estos comportamientos, según Castellanos, deterioran otras áreas del ser humano como su rendimiento académico, laboral y familiar.
No obstante, la psicóloga aclaró que estos celos obsesivos no poseen una característica delirante. Es decir, no hay pensamientos que los hace ver verdades donde no las hay.
“Cuando hay delirios estamos hablando de otro tipo de trastorno que tienen que ver con la esquizofrenia y que se conocen como la celotipia”, acotó.
Jimena Mogollón, psicóloga especialista jurídica forense, explicó que la celotipia que menciona Castellanos es un trastorno derivado de la ansiedad.
“Se caracteriza por los celos excesivos, por la desconfianza, por sentir que la pareja lo está engañando a todo momento, lo cual puede interferir tanto su vida social, laboral y familiar porque siempre está en su pensamiento como ese sentir de que la persona con quien está, lo está engañando”, aseguró.
En este caso, la persona que tiene la enfermedad no controla sus celos, sino que se deja dominar por ellos y puede llegar a maltratar a su pareja de forma física y psicológica. Incluso al punto de causarle la muerte.
“La persona que sufre de este tipo de trastornos psicológicos debe recibir tratamiento porque si no lo recibe va a empezar a tener dificultades en varias áreas de su vida”, explicó Mogollón.
Por lo tanto, lo importante es que la persona reconozca que tiene este tipo de dificultad para controlar los celos y seguido de esto, buscar ayuda.
“Muchas veces las personas no reconocen y por eso es que se pueden presentar tantas dificultades. Pero sí es importante que reciba ayuda”, aseveró.