Papá, cuéntame un cuento.
Papá, ¿me das plata? Voy a salir.
¡Mi papá es mi héroe!
Papá, ¿podemos hablar?
Papá ¡no te metas en mi vida!
¿Por qué no le hice caso a mi padre? Tenía razón.
Quienes son papás han escuchado estas frases en el desarrollo y crecimiento de sus hijos, por eso puede que les resulten familiares a la mayoría; pero también es bueno que se pregunten: ¿cómo ha sido el papel de padre que has desempeñado en la vida de tus hijos y cómo lo sigues haciendo?
Los padres de familia los hay en todos los estilos: entregados, frescos, ausentes, amorosos, fríos, responsables, etc. “¿Papá es cualquiera?” No es así.
La figura del padre es tan importante como la de la madre, los dos referentes se necesitan para la crianza de los hijos, cada uno aporta en su feminidad y su masculinidad, tanto a los niños como a las niñas, marcando en su desarrollo evolutivo, formativo y educativo.
Hoy día, la figura del padre está más vigente que nunca. Es muy común escuchar en mis consultas, el clamor de niño/as, adolescentes, inclusive de adultos, extrañando e implorando la presencia de su papá. La ausencia de la figura paterna afecta el desarrollo socio-afectivo y genera dificultades para construir relaciones de amistad y de amor.
También es de resaltar que muchos de los papás de estas nuevas generaciones están muy comprometidos en la crianza de sus hijos. Los veo apoyando en los quehaceres de la casa, guiando a sus hijos en las tareas, acompañándolos en sus diferentes actividades, aconsejandoles ante situaciones de su vida; ya no solo son esa figura de padres proveedores, sino también papás que cumplen con su deber en todo el sentido de la palabra, demostrando su amor con hechos.
Con todo cariño y respeto, les digo a las mamás que les permitan a sus esposos ejercer su rol de papás, ya que en muchos casos son ustedes las que los excluyen de los asuntos del hogar. Permitan que ellos se involucren en todo lo que tenga que ver con la crianza y educación de los hijos, porque ellos necesitan que sus papás sean un elemento activo dentro del núcleo familiar.
Precisamente, por todo lo anterior, papá te necesito porque:
- Tu presencia es clave para mí.
- Aprendo más de tu ejemplo que de tus palabras.
- El tiempo que me dedicas, lo necesito.
- Debo saber cuáles son los mayores peligros y riesgos a los que me estoy enfrentando.
- Necesito saber de la vida y especialmente cómo vivir mi sexualidad.
- Tengo que saber que la vida no es fácil, que hay que lucharla.
- Quiero que seas tolerante y me entiendas cuando me equivoque una y otra vez.
- Aprendo de ti y de mamá cómo es una pareja que se ama, pelea y se reconcilia.
- A través de tu ejemplo veo cómo tratas de bien y respetas a las mujeres de la casa.
- Mediante tus valores, virtudes e imperfecciones, me enseñas y me das el mejor ejemplo a seguir.
Gracias papá por estar conmigo siempre. ¡Te amo!