Las elecciones del 11 de marzo dejaron en evidencia la crisis de los partidos políticos. Sin embargo, en tiempos de polarización, redes y noticias falsas, la verdadera crisis de estas anquilosadas estructuras ideológicas y electorales en el Tolima es de tipo generacional. Los partidos, comandados por viejos gamonales aferrados a sus sillas de jefe, no han permitido el surgimiento de nuevos liderazgos.
El hecho de que el partido Conservador y el Centro Democrático hayan teñido de azul un departamento rojo por excelencia, muestra justamente el desgaste de viejos líderes liberales, de viejas maneras de hacer política. Expertos en cuántos votos tiene cada líder, en qué barrio o en qué vereda; lo que más disfrutan es hacer cuentas con lo que en realidad no es de ellos.
No hay propuestas que enamoren y generen esperanza. Y cuando, por cuenta de las alianzas o por birlibirloque llegan al poder, su mayor interés son las próximas elecciones y no el ejercicio del gobierno. Eso se lo dejan a los mismos nombres que se repiten desde hace años en el departamento. No hago la lista… para qué… ellos saben quiénes son. Repiten secretarías e institutos descentralizados y pasan con más pena que gloria en sus trabajos burocráticos. Los votantes sabemos quiénes son. (Ya imagino a sus seguidores despotricando en los comentarios y en las redes. El lector entenderá que a falta de argumentos, buenos son los insultos). Alguna vez el sabio Darío Ortiz Vidales comentó que los actuales líderes heredaron de Alberto Santofimio, el último de los jefes liberales, todos sus defectos y ninguna de sus virtudes.
El partido Conservador ha tenido mayor recambio. Primero, Luis Humberto Gómez Gallo y ahora, los Barreto, se convirtieron en una poderosa realidad política que permite el surgimiento de nombres como Adriana Magali Matiz, que refresca la Cámara. ¿Cuáles eran los nuevos nombres liberales? ¿por lo menos, en los primeros lugares de importancia?
En el Centro Democrático, Emmanuel Arango se constituye en una nueva voz. Es cierto que no llegó, pero comienza a consolidar un pedazo de la torta de la opinión. Lo mismo sucede con Renzo, de los verdes, quien acaballado en la defensa del medio ambiente logró una importante votación. Es decir, mientras los unos se renuevan, los otros se atornillan.
Y en medio de todo, el Tolima se quedó con un solo senador. Producto del sistema de circunscripción nacional y de la falta de fe de los tolimenses en las propuestas de los políticos de aquí (por aquello que los de aquí no compramos aquí). Aquí se vota por senadores hasta de la costa, y entre tanto, la ilusión de un bloque de senadores peleando por el departamento se esfuma, dejándole el esfuerzo a un solo hombre, a un solo movimiento, que seguramente, si hace bien las cosas, crecerá políticamente, pero que si comete un error, nos dejará en el mismo lugar donde estamos, en la m….
Estamos ante la crisis de los viejos, y si el otrora importante partido liberal no se renueva completamente, en las próximas elecciones quedará por debajo de Aico.