Muchas han sido las salidas en falso del presidente-candidato Juan Manuel Santos. Cito algunas: “El tal paro campesino no existe”, anotó en un discurso improvisado que encendió al país. “Aprueben todo señores Congresistas que yo respondo”, dijo en el sonado escándalo de la reforma a la justicia que tiene en capilla a 12 congresistas muchos de ellos reelectos, uno por el Tolima, y que probablemente pierdan su credencial luego de posesionarse.
Pero aquí van otras: “La minería no provoca ningún daño al ambiente”, repite para impulsar su locomotora minera. “No hay tal tragedia ambiental en los llanos, son solo miles de animales muertos”. “Ser los últimos y tener la peor educación del mundo es una oportunidad”. Y no dejemos de mencionar su doble postura en el escándalo de Andrómeda. Y no están todas, hay otras salidas del Presidente-candidato que provocan hilaridad.
Los temas de trascendencia electoral, ajenos a las encuestas, dejan mal parado al mandatario Santos, y ponen en carrera al exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa. Tal vez será por eso que el presidente-candidato los ignora, no tienen cabida ni son de gran calado en su agenda poco propositiva. Parece ser que su estrategia es dejar pasar y no asumir desgaste, para proponerse una campaña más que maratónica, “meteórica”, como le gusta al Presidente tahúr, quien siempre le apuesta a ganar.
Al parecer no le da resultado su estrategia ardid (Ardid, significa: mañoso, astuto o sagaz). Juan Manuel, cree que entre menos aparezca, entre menos debate haya, entre más fugaz sea la campaña, mejor será su resultado en las elecciones presidenciales; pero es directamente proporcional el resultado a la poca actividad electoral que ha generado.
Y Santos actúa así pese a existir todo un ramillete de temas vitales para el Estado. Por ejemplo: la reforma a la Justicia, y aclaro, una verdadera reforma y no para beneficiar a criminales que están pagando penas en cárceles resort. Meterle mano al sistema carcelario y penitenciario que, según dicen, hay reos con plata y sin plata. Minería vs ambiente, en el último informe de los organismos multilaterales, es muy preocupante y han expuesto la escases de alimentos, agua y producción agropecuaria.
El presidente-candidato sí ha buscado acaparar más poder, sin mucho ruido. Su fallido y penoso intento inconstitucional de apoderarse de las CAR –Corporaciones Autónomas Regionales- y su reforma centralista. Su injerencia y autodeterminación de las regiones, provincias y departamentos, la mentira descarada sobre los costos de los hidrocarburos y sus derivados. Este país tan prudente no resiste más.
Las políticas e intereses agropecuarios en pugna con los TLC y la facilidad que inunden de productos que no son humanamente consumibles en el mundo desarrollado, a cambio que nos compran flores y café no procesado. La educación que toco fondo, estamos en el fondo, y el presidente-candidato no asiste a los foros ni debates. Probablemente teme recibir una leñera, bien merecida.
Santos se alejó del país nacional y se quedó gobernando desde la médula de la oligarquía. Para servir al Estado en este Gobierno no se puede ser provincia ni especialista de las universidades colombianas, ni oler ni saber a sancocho de gallina, tamal o hallaca, chanfaina o ajiaco; hay que ser hijo de…, o tener apellido Samper, Iragorri, Prieto, Pinzón o pariente del “congresista de turno” como Galán, Lloreda o Vélez, y no del senador expresidente.
La salud es otro punto que se quedó en el tintero. Es una salud de muerte la que tenemos con su mafia de congresistas financiados con dineros que les quitan en atención a los enfermos, es una vergüenza.
Aplicando el pragmatismo que le indican sus asesores internacionales, al presidente-candidato parece ser que le despeñó el sol a la espalda, desmoronándose raudamente su imagen y la intensión de voto de los colombianos.
Con la opinión en contra, Santos se enfrenta con la increíble prudencia de Uribe en cabalgatas de pueblo, la izquierda con Aida y Clara, los metilenos (consevadores) con Martha Lucía y el carisma de Enrique Peñalosa quien se sube a las busetas y le rinde en las encuestas. Peñalosa anda a pie o en bicicleta, reparte volantes él mismo; El candidato-presidente, tendrá que realizar una artimaña de tahúr de mermelada para enderezar su campaña. No le queda más que asirse desesperadamente al purito reditista votante de la paz y hacer de ella un baluarte electoral como un bien unipersonal, egotista y presidencial que le permita aferrarse con “garras” a la Casa de Nariño. Santos es muy hábil, estará muy pronto mostrando sus cartas el Candidato Presidente.
Diputado Liberal.