El momento histórico que vive Ibagué, merece la práctica de la famosa frase: a resultados diferentes, acciones diferentes. La ciudad no resiste la continuidad de mandatos corruptos, mediocres y pusilánimes. Personalmente no he sido amiga de hacer esta clase de columnas, por respeto a los lectores. No pretendo e influenciar en una decisión tan personalísima como lo es el voto, pero si desnudar mi pensamiento frente a lo que aspiro para mí querida Ibagué.
Este antioqueño enamorado y radicado en Ibagué desde hace 30 años, ha propiciado una especial dinámica empresarial, contribuyendo significativamente a la generación de empleo y a la consolidación de un conglomerado empresarial, que se siente como en una gran “familia”.
La trayectoria gerencial y empresarial que posee Avendaño, le dan garantías al pueblo ibaguereño, de que tendrá en el alcalde un líder empoderado y comprometido con todos y cada uno de los renglones contenidos en su programa de gobierno.
La forma de pensar y de actuar de Pompilio Avendaño, que predicen un excelente desempeño en el primer empleo del municipio, dejan ver a un mandatario con alta motivación al logro, iniciativa, creatividad, facilidad para trabajar en equipo, entendiendo que los resultados de su gestión, no se mide en pesos, sino en la calidad de vida para los ibaguereños y por supuesto la transformación urbana, paisajística y arquitectónica de la ciudad.
Su formación profesional de contador público y especializaciones en derecho, lo hacen un interlocutor inquieto y proactivo respecto de los temas a tratar, las matemáticas, la finanzas y la estadística, son su fuerte, sin dejar de lado su vasto conocimiento de lo que es realmente una ciudad global, competitiva e inteligente, gracias al recorrido que tiene por las grandes urbes en el mundo entero.
Tengo la certeza de que Pompilio de ser elegido alcalde, no tendrá reparos en rodearse del mejor talento humano, ese que entenderá cabalmente su visión y planeación de ciudad, en los tema de turismo, suministro agua, seguridad, movilidad, medio ambiente, salud, educación, marca e influencia en el contexto nacional con los temas de negocios y zona franca, entre otros. Como quien dice sin “meritocracia” no habrá paraíso.
Es una fortaleza que Pompilio no tenga amarres políticos, que generalmente hacen la exigencia burocrática y no precisamente con los más idóneos, lastimosamente en cumplimiento con esas cuotas políticas, un mandatario puede llegar a trabajar con ineptos, que muchas veces se convierten en enemigos de la administración, pero comiendo de ella.
Algo que me ha llamado la atención es que Pompilio, no necesita la alcaldía, la quiere, como una meta personal, porque en el largo plazo quiere disfrutar las transformaciones que él quiere comenzar desde ya. Simple, tiene resuelta su vida en lo económico, de manera que cualquier contratación será transparente y siempre en beneficio de los recursos del municipio, haciéndolos rendir, tal y como lo hace en sus empresas.
Respecto de sus contactos con los altos estamentos del gobierno central, están garantizados pues se mueve como pez en el agua, dada su amplia trayectoria política, empresarial y personal.
Como no todo en la vida se nos da, en este momento sus hijos desde la distancia lo alientan a forjar este propósito de ciudad que ellos comparten plenamente. Por fortuna cuenta con un excelente equipo de mujeres que trabajan incansablemente, porque todas ellas conocen la sensibilidad y la calidad humana, de la cual existen muchos testimonios. No ha tenido suerte la suerte de contar con la lealtad de algunos de sus amigos políticos, pero si mantiene la amistad y solidaridad de sus aliados estratégicos y empresariales.
Por eso mi decisión para el próximo domingo, será el respaldo para Pompilio Avendaño en la seguridad de que Ibagué tendrá un alcalde, preparado para asumir los destinos de una ciudad que en los últimos años, se volvió espectadora de la transformación de ciudades de similares características, dejándonos como simple ciudad de paso y eclipsando nuestra especial trascendencia de capital musical de Colombia.