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Vuelven los gritos de la guerra, los noticieros amplifican las voces de la muerte, desde las ciudades se piden “hechos contundentes” y la aplicación de bombardeos. Sin embargo por cruda que sea esta realidad, se hace necesario reflexionar con cabeza fría y neutralizar la manipulación sensacionalista mediática.
El ataque de las FARC ha sido un error estratégico en el terreno de lo político, ya que no se da en medio de una confrontación y en el marco de un cese unilateral del fuego.
Esto genera una deslegitimación del proceder en cuanto a la opinión pública y de sectores incluso adeptos al proceso de negociación.
A mi parecer se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones respecto a este hecho:
Las FARC quieren presionar un cese bilateral y lo único que logran es un rechazo generalizado y una vuelta al incremento de la guerra. Fortalece al uribismo y sus posturas guerreristas. Además provoca un rechazo al mismo proceso de negociación.
Se debe tener en cuenta que éstas son las consecuencias de negociar en medio de la guerra y la opinión pública debe estar en la capacidad de entender precisamente este marco metodológico del proceso.
En términos militares no se entiende que fue lo que pasó con la tan mencionada seguridad. No es posible que estuviera un grupo de soldados en “estado de indefensión” en zona de conflicto.
Lo único que traerá consigo los bombardeos y una vuelta a la guerra, será más muerte y destrucción, como decía un campesino indígena del Cauca, los bombardeos no solo destruyen el aparato de guerra de las FARC, también impactan en zonas rurales y en veredas en donde se encuentran personas que nada tienen que ver con la guerra.
Precisamente por todos estos hechos ocurridos es que se hace necesario buscar a toda costa una salida negociada al conflicto armado. La paz no debe ser considerada como el slogan de un presidente, debe ser el fin máximo que toda sociedad debe buscar.
Twitter: @alejzuluaga
