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La novedosa huerta que funciona con inteligencia artificial

Los estudiantes de la Institución Educativa Ambiental Combeima aprenden sobre la agricultura gracias a procesos tecnológicos.
Medioambiente
Autor: Redacción Ibagué
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Redacción Ibagué
La novedosa huerta que funciona con inteligencia artificial

Una huerta con inteligencia artificial que funciona con base en un innovador dispositivo que dirige y ordena el riego a plantas, principalmente hortalizas, es una de las principales estrategias de la institución educativa técnica ambiental Combeima de Ibagué, para que los estudiantes aprendan los secretos de la producción agropecuaria limpia que no contamina el medio ambiente.

Lo que se busca en este espacio del Cañón del Combeima, en la parte alta de Ibagué, es desarrollar un sistema agropecuario teniendo como aliado estratégico el uso de las tecnologías para desarrollar alimentos sanos y limpios.

Además de unas 300 hortalizas sembradas de manera ordenada en un área de 158 metros cuadrados, el elemento principal de esta huerta es sin duda un dispositivo electrónico instalado en el colegio que se utiliza para la automatización de riegos.

Los creadores del proyecto de la huerta manejada con inteligencia artificial son los hermanos Édgar Julián y Juan Camilo Moreno Perdomo.  El proyecto hace parte de la tesis de grado de Edgar Julián, quien está próximo a graduarse del programa de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Cooperativa de Ibagué.

“El dispositivo funciona a manera de controlador en la huerta ya que se encarga de labores automatizadas en los temas de riego, pero, además, establece datos fundamentales en los cultivos pues mide la humedad del suelo, temperatura, presión atmosférica, niveles de dióxido de carbono y otros parámetros que son fundamentales en toda buena producción”, afirmó Édgar Julián Moreno.

Lo que llama la atención de los estudiantes y profesores de este colegio es que, con base en todos esos datos, el sistema genera acciones novedosas como la programación de los riegos a partir del rango de humedad que identifique el dispositivo.

“El riego ordenado por el dispositivo es de 7:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, cada hora, y durante un minuto, por medio de los sistemas de aspersión y goteo como medios que ayudan a optimizar el recurso hídrico”, dijo Édgar Moreno.

También aseguró que este sistema de ‘ferti-irrigación’ permite enviar los nutrientes por medio del riego para que las plantas absorban su nutrición directamente de la raíz, lo que garantiza un desarrollo óptimo, sin problemas fitosanitarios ni de sanidad. 

Juan Camilo Moreno, ingeniero agrónomo de la Universidad del Tolima, señaló que todos estos sistemas proceden de Israel, país experto en adaptación de tecnologías para producir alimentos en climas extremos de alta temperatura. 

Agregó que todo hace parte de una apuesta de desarrollo de la agricultura en zonas donde es difícil enfrentar los retos del cambio climático.

“Lo que hacemos en el colegio Ambiental Combeima es una muestra de producción de alimentos orgánicos y sostenibles para contribuir con la seguridad alimentaria toda vez que en Tolima se maneja la irrigación, pero no hay sistemas automatizados”, señaló el agrónomo.

Añadió que los sistemas traídos de Israel son de costo elevado por los aranceles de importación, “pero nosotros aquí en Ibagué desarrollamos un software y un hardware a partir de una creación nacional”.

En esta labor los hermanos Moreno, asociados en la empresa de nombre Panacea, han trabajado durante 7 años de investigación en conjunto con la Universidad del Tolima y la Cooperativa de Ibagué donde, además de sistemas agrícolas para riego, también manejan sistemas para la postcosecha.

En la Institución Educativa Ambiental Combeima los estudiantes aprovechan esta herramienta pedagógica con la que aprenden, además de labores agrícolas, programación, electrónica y robótica a partir del dispositivo de inteligencia artificial.

Luz Marina Ramírez, docente de ciencias naturales, dijo que la huerta escolar ha sido provechosa pues los estudiantes se familiarizan con las nuevas técnicas de cultivo.

“El trabajo es liviano ya que todo es automatizado, el dispositivo trabaja solo, sin embargo, lo más importante es que todos aprendemos a valorar el agua pues en las labores de riego se usa la que estrictamente se necesita”, dijo la educadora, quien también destacó que el recurso del suelo es nutrido con abonos orgánicos y con los residuos de la cafetería y el restaurante pues se hace compostaje que se aplica en los cultivos.

“La huerta produce productos limpios, orgánicos, pues la meta es cuidar el planeta y proteger el medio ambiente”, señaló.

Explicó que la huerta tiene 300 plantas distribuidas en cebolla, lechuga, acelga amarilla y verde, remolacha, rábanos, perejil, tomate, pepino cohombro que es muy vendido. También hay cebolla cabezona, cebolla larga, lechugas en las variedades romana, lisa y crespa, así como cilantro, entre otras hortalizas.

“La huerta está repleta de alimentos orgánicos, sostenibles, totalmente libres de agroquímicos”, dijo la profesora.

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