Hace cuatro años, en su primera posesión, el Presidente Juan Manuel Santos planteó el enfoque de las locomotoras del desarrollo como eje central de su discurso. Sobre los principios, como era lógico para un Presidente que políticamente se heredaba del anterior, retomó los planteados por su antecesor y exjefe. La herencia del expresidente al presidente electo se conoció por la opinión pública como los tres huevitos.
Cuatro años después, luego de hechos que parecían improbables, durante la ceremonia de posesión para un segundo periodo, el Presidente Santos dejó de lado a sus locomotoras y planteó tres nuevos principios. Juan Manuel Santos enfocó su discurso en lo que él llamó pilares.
Así las cosas, a partir del siete de agosto de 2014 el gobierno tiene tres nuevos huevitos: La Paz, la Equidad y la Educación. Los tres de antes; la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social pasaron desde ese momento a engrosar la lista de propósitos que terminan cuando terminan los gobiernos o sus influencias.
Qué pasará con el futuro de los tres huevitos propuestos por el hoy Senador Uribe durante su periodo presidencial; lo mismo que le pasó a la visión 2019 o II centenario, o al AIS: serán retomados en otros programas o rediseñados con otros nombres. Sin embargo, la seguridad seguirá presente por años en la agenda nacional, aun en una época de paz ésta se necesitara como fiel protectora de la paz alcanzada.
Como los huevitos son principios o pilares del enfoque del desarrollo, al cambiar estos es claro que el modelo también debería cambiar. No puede ser igual, no es igual, un modelo basado en la seguridad y en la promoción de inversión a uno basado en la paz y en la igualdad social.
La propuesta de cambio de pilares, y si se quiere de modelo está plenamente justificado.
A la fecha, el modelo dominante ha llevado al país a tener uno de los mayores niveles de concentración del ingreso y de desigualdad en el mundo, la baja creación de capacidades humanas, la explotación de los recursos naturales no renovables y la primarización de los sectores productivos.
Sí existe coherencia política entre lo anunciado por el Presidente Santos y el espíritu de su nuevo gobierno, el modelo propuesto deberá ser uno con enfoque en las personas. Juan Manuel Santos anunció que el enfoque será de tercera vía en el que se tomara lo mejor de los modelos capitalista y socialista. Cuando se presente el nuevo Plan nacional de desarrollo sabremos el alcance de los principios y el futuro de las locomotoras.
Ahora bien, para nuestro caso, el de quienes vivimos y trabajamos en la provincia, estos principios se relacionan directamente con el desarrollo de una región que lucha por tener menos pobreza, menos inequidad, y mayor crecimiento económico.
No hay duda que la paz es un anhelo general del Tolima, asumirlo como un principio sin lugar a dudas cambiará la propia concepción del desarrollo. Es claro para nosotros que todo el departamento pero en especial el sur del Tolima requiere de la paz para alcanzar mayores niveles en la calidad de vida de sus habitantes.
De otro lado, nuestra visión, diseñada de manera compartida y que llamamos Tolima 2025, se ha planteado desde el 2005 la necesidad de alcanzar un mayor equidad para los tolimenses. Este es uno de nuestros tres fines.
Así pues, es clara una relación por lo menos en el discurso del Presidente y el elaborado en la región, el reto estará en cómo articular dichos enunciados y cuales instituciones crear para hacer esto posible.