El desprestigio de la política y de lo público es sin lugar a dudas un común denominador de las sociedades, tal vez nunca antes la política había estado tan desprestigiada. Esto ha hecho que esta entienda de manera limitada y se asemeje equivocadamente a algo necesariamente perverso e inmoral. Sin embargo, hay que decir que la política constituye la vía más importante de gestión del conflicto social, a través de la cual podemos organizarnos como sociedad. Estudiar la política entonces implica conocer, comprender, interpretar, intervenir y transformar dichas formas de gestión del conflicto.
¿Cómo con-vivimos? ¿Cómo hacemos comunidad? ¿Cómo vivimos unos y otros teniendo diferentes intereses y razones para existir? Son estas las preguntas centrales de la ciencia política, que trata de analizar cómo se tramitan las diferencias y las desigualdades, de entender cómo se ha definido lo que nos une y los que nos separa, de analizar cómo se construye el orden social que ponemos en práctica cotidianamente y de discutir si vale la pena mantenerlo, o si sería mejor cambiarlo y cómo lograr ese anhelo.
Estas preguntas no sólo son relevantes, sino que se han hecho vitales hoy por hoy, cuando tenemos que enfrentar delicadas y complejas situaciones sociales, económicas, políticas y ambientales: Por ejemplo, cómo construir territorios de paz, cuando muchos actores armados ilegales han venido fraguando sus riquezas desde el negocio de la guerra, o cuando éstos se han articulado a sectores sociales "legales" que ya no quieren perder sus privilegios, todo ello en un escenario económico nada fácil, pues las industrias (sobre todo las agrícolas) deben enfrentar los retos que impone la globalización como los tratados de libre comercio, no sólo con Estados Unidos, sino con Corea y otros más.
Los politólogos de la región, tienen el desafío de abordar estos problemas desde la construcción de estrategias políticas decentes, la formulación de planes de desarrollo estratégicos, la dinamización de procesos de gestión inteligentes y la articulación de diversos sectores en la solución no violenta de los conflictos regionales y los que derivan de un mundo cada vez más globalizado. Sabemos que se abre una ventana de oportunidades para trabajar dignamente en estas tareas y podemos convertir estos retos en estrategias de cambio, a eso nos dedicamos como politólogos.
Esta disciplina reciente en Colombia y aún más en nuestra región emerge y se consolida en un escenario donde es absolutamente necesaria una mirada más amplia de los problemas, donde su carácter multi e interdisciplinar le brinda al profesional de estas áreas, herramientas que deben posibilitarle ser críticos desde el lugar donde se encuentren, bien sea la academia, el gobierno, el sector privado o desde su status de ciudadano.
Es necesario empezar a imprimirle un sentido diferente a la política en nuestra región, que supere su carácter negativo, individualista y hasta poco ético y abra la posibilidad a una gestión más cooperativa y ciudadana de los conflictos presentes.
* Con la participación de John Jairo Uribe