Una de mis preguntas constantes siempre ha sido: ¿qué puede hacer uno para mejorar la vida del otro? Y descubrí en el Tolima una apuesta inmensa por transformar el campo. Acostumbrado desde pequeño a escuchar sobre café, descubrí, en realidad, el verdadero paraíso. Y queda en el sur.
Y es que Planadas es el ejemplo de asociación y trabajo en equipo. Es un municipio que ha logrado concentrar asociaciones con procesos de más de 20 años y, desde allí, cientos de familias de veredas han podido exportar su producto hacia Alemania, Canadá, Países Bajos, entre otros lugares del mundo.
¿En qué consistió la transformación? En eliminar al intermediario para lograr que el campesino pudiese exportar de forma directa. Invirtiendo en calidad, es decir, en competencia. Nuevos laboratorios de certificación SCA y mejoramiento de técnicas. En darle el conocimiento al que lo cultiva, al que se unta con tierra las manos.
Tanto ha sido el impulso que se le ha dado al café en esta región que cada vez suena más la idea del Café Tolima, una apuesta de hacer del café de origen Tolima una marca única y de competencia en el exterior.
La tarea no ha sido fácil, ha durado años. Sin embargo, escuchar a don Camilo Enciso de la Asociación de Productores Ecológicos de Planadas (ASOPEP), hablar de cómo los jóvenes vuelven a sus fincas porque descubrieron un modelo de producción gracias a las asociaciones cafeteras y el ejemplo de articulación, es sin duda un alivio y una esperanza, la esperanza de que el presente está despertando y pensando en el mañana. Las generaciones de jóvenes están descubriendo que aquí, en Ibagué, El Líbano, Planadas, en el Tolima, lo tienen todo. Que hay que quedarnos.
Pero no solo en Planadas, también en Las Delicias, corregimiento de Lérida, los campesinos están cultivando cacao, producto que luego se convierte en chocolate, algunos lo venden directamente a la Federación Nacional de Cacaoteros, otros lo venden a marcas de chocolate internacional.
Es por eso que el desarrollo está en el campo, en la gente, y en el esfuerzo de cientos de familias campesinas que lo entregan todo, a sol y noche, por convertir a este departamento en un lugar más próspero y con una economía basada en el futuro y el desarrollo, un desarrollo sostenible y agropecuario. También ha existido una voluntad, de gestión y entrega de herramientas al campesino.
La tradición del Tolima le ha otorgado experiencia en el café, sin embargo, países como Ecuador, han logrado mantener una economía estable y próspera basada en la producción del cacao. Debemos seguir por este camino, que el relevo generacional en el campo aprenda del antepasado y mire hacia el futuro, mejorando procesos, cruzando fronteras, y cultivando el mejor café y cacao del mundo. Del Tolima.
Ya son dos los laboratorios que entregó la Gobernación del Tolima. El primero en Planadas y el segundo en la Universidad del Tolima, ¿para qué sirven? Para certificar los lotes de café, para que el comercio exterior encuentre sellos y calidad en lo que compra del campesino tolimense, el que sabe de tierra y sabor. Me gusta esa economía basada en el campo, y no en la extracción. Caficultores del Tolima contarán con un laboratorio para catación de cafés especiales