A pocas horas de que termine el 2024, es inevitable hacer el ejercicio de reflexión final sobre lo bueno y lo malo que nos dejó el año. La balanza se inclina de un lado o de otro,dependiendo casi que, de manera exclusiva de nuestras acciones, porque al final:” las acciones definen a la gente”.
El 2024 fue un año extraño, porque el mundo se encuentra en un especial momento de transformación, caracterizado por importantes avances tecnológicos y una reorganización geopolítica que, a pesar de no ser nueva, se exacerbó con los conflictos internacionales, como el que persiste entre Rusia y Ucrania, la tensión en el medio oriente, la elección presidencial en Estados Unidos y la tremenda influencia del poder económico chino.
En Colombia, los estudios del Banco de la República advierten de la disminución de nacimientos y la emigración,algo que no había ocurrido en la historia reciente. La probable caída de la población colombiana, tiene efectos significativos sobre la capacidad productiva de la economía, las finanzas públicas, y la demanda de bienes y servicios públicos, por lo que debe ser una preocupación central de la agenda política en el siguiente año.
De algún modo, la clase media tiende a desaparecer para engrosar la lista de los vulnerables, aunque se promueve la idea de que no hay pobreza y de que ser pobre es mejor que ser de clase media, por lo menos es la idea de uno que otro dirigente latinoamericano “La izquierda se identifica con superar la pobreza, con que los pobres tengan, pero cuando los pobres dejan de ser pobres votan a la derecha" bajo esa premisa lo ideal es entonces que todos seamos pobres. Una mentira más, en un año lleno de mentiras desde todos los sectores.
En lo local, el panorama también pareció repetirse. los últimos años se parecen unos a otros. En este particularmente todo subió, todo está caro, mientras la económica informal crece, la empresa y losemprendimientos estuvieron cada vez más apretados, entrelas cosas que curiosamente parecen multiplicarse, se encuentra: el costo de la gasolina, el valor y número de peajes, los productos básicos de la despensa que no solo estuvieron más costosos, sino que además se hicieron máspequeños.
En el 2025 el panorama se asoma un poco parecido, con la subida del salario mínimo también subirán de entrada: los arriendos, los peajes, el transporte público, las multas de tránsito, los copagos de las eps, las cuotas alimentarias, la vivienda nueva, entre otros.
El 2024 fue un año sin duda difícil para muchos, algunos dicen: ¡qué año más feo! a ellos solo decirles que el nuevo año que se aproxima traerá tantas cosas buenas como se propongan. Porque ni todo es malo, ni todo es plata. Será un año de esperanza, y con eso no digo que pueda predecirse que sea bueno o malo, pero si, que, así como define VaclavHavel: “la esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, salga como salga”.
Que estos momentos de reflexión, sean también el momento de evaluarnos como personas ante los complejos cambios que el mundo nos propone. De los años nadie sale ileso y de las malas acciones tampoco, porque al final todos recibimos lo que cosechamos, lo bueno y lo malo que suceda en este nuevo año, dependerá siempre de las personas que decidamos ser y de la cosecha previa que decidimos sembrar, así que este año será el resultado de nuestras acciones, de cada uno depende que eso asuste o que eso nos deje felices.
La invitación es a que en este 2025 nos permitamos ser nuestra mejor versión y que lo vivamos en esperanza, porque en este momento es de lo poco que nos queda.
Que el amor, la salud, la espiritualidad, la paz, la prosperidad y la esperanza estén presentes en la vida de todos los lectores de El Olfato en este 2025.