Los del paro han anunciado que se inician nuevas marchas el próximo 20 de julio. La noticia preocupa porque el paro nada bueno les ha dejado a los colombianos. Proclaman que la reforma tributaria se cayó por ellos; falso la reforma ya no tenía el apoyo de ninguno de los partidos de gobierno cuando inició el paro.
Dicen que lograron la matrícula 0; falso la matrícula 0 se inició en la pandemia, hacia parte de la reforma tributaria presentada por el gobierno que los del paro criticaban. Celebran la salida de Alberto Carrasquilla que es tal vez el único logro, y queda la duda de si su salida fue positiva para Colombia, sobre todo en lo que se refiere a las calificadoras de riesgo y el grado de inversión de Colombia.
Los logros del paro están ligados a fracasos para Colombia y los Colombianos. El huevo alcanzará mil pesos por unidad; como consecuencia de que los bloqueos impidieron que el alimento llegara a las aves y murieran más de 11 millones de aves.
Colombia fue uno de los países con peores resultados en las pruebas Pisa y con el mayor número de días en que los niños no fueron al colegio. Ese también es un espantoso resultado del paro. ¿Qué clase de país tiene tan poca responsabilidad frente a la educación de los niños que más lo necesitan? ¿Cuáles son las prioridades de los profesores de quienes los representan?
Según el Dane, la producción industrial tuvo un crecimiento real del 8% frente al mayo pasado cuando estuvimos cerrados. Sin embargo, si lo comparamos con el mes anterior, abril, cuyo crecimiento fue del 63% frente a abril pasado; observamos que el paro acabó con la recuperación.
El comercio minorista de independientes y pequeños negocios aumentó 22,8% respecto al mayo pasado, pero se observa un freno si se compara con la recuperación de abril que fue del 75%. Perdimos más del 50%. Cali durante el mes del paro registró la peor cifra de desempleo entre las principales ciudades del país, con 24,3 %, mientras el promedio de las principales ciudades fue de 16,9 %.
Colombia necesita cambios, grandes cambios. Pero esos cambios no se construyen con bloqueos ni violencia. Se requiere trabajo, política de reactivación que se generen empleo y se paguen impuestos para una ambiciosa política para superar la pobreza. Sin dejar de lado el problema creciente del Narcotráfico que financia tantas violencias.
El horrendo asesinato del Presidente electo de Haití Jovenel Moïse requiere una investigación eficaz y oportuna. La vinculación de al menos dos colombianos en el magnicidio exige claridad total y sanciones ejemplarizantes para los responsables.
Los medios han indicado que Rivera tuvo contacto con 12 personas en Haití y Capador con diez individuos en ese país para organizar el crimen. Debe esclarecerse el propósito y los móviles, los aliados y financiadores. Ese asesinato -del que aún se sabe tan poco- terminará, en mi opinión, poniendo los ojos nuevamente sobre el Narcotráfico.
Las promesas del presidente electo para combatirlo y el narcotráfico eran bien conocidas. Haití es uno de los puertos preferidos por el negocio de las drogas. Cabe recordar que en 2015 los sobrinos del dictador Nicolás Maduro y de su primera dama de Venezuela, Cilia Flores. fueron apresados con el plan de ingresar a EE. UU. 800 kilitos de cocaína, que según se ha publicado, sería droga de las FARC.
También es muy grave las sindicaciones que hacen los líderes de la izquierda radical que pretenden vincular al Uribismo con ese crimen. Por supuesto son falsas e irresponsables. Nos señalan sin pruebas y con es común en ellos mintiendo, para seguir dañando. Ojalá en este país se parara también esa nueva forma de asesinato moral que nos tienen instalada.