Virus del papiloma humano: un enemigo silencioso y prevenible
17 de mayo de 2025

Virus del papiloma humano: un enemigo silencioso y prevenible

El VPH es la infección de transmisión sexual más común. Puede causar varios tipos de cáncer, pero es prevenible con vacunas y control médico.

Autor
Escrito por: Nassly Molina
Periodista
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El virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más común en el mundo. Existen más de 200 tipos relacionados, y aunque la mayoría no provoca síntomas ni consecuencias graves, algunos pueden desencadenar enfermedades como verrugas genitales o incluso distintos tipos de cáncer.

El VPH se transmite principalmente por contacto sexual y la mayoría de las personas sexualmente activas lo contraerán en algún momento de su vida. En la mayoría de los casos, el sistema inmunológico elimina el virus sin causar daño. Sin embargo, en otras ocasiones, especialmente cuando se trata de tipos de alto riesgo, la infección persiste durante años y provoca cambios celulares que, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden derivar en cáncer.

Los tipos de VPH de alto riesgo están asociados con varios tipos de cáncer: de cuello uterino, anal, orofaríngeo (garganta), vulvar, vaginal y de pene. “La reemergencia de enfermedades pone en cuestión las políticas de vacunación, la vigilancia epidemiológica y también el comportamiento colectivo frente a la salud pública”, ha advertido el profesor Juan Carlos García Ubaque, del Departamento de Salud Pública de la Universidad Nacional.

Por el contrario, los tipos de bajo riesgo pueden causar verrugas en genitales, ano, boca o garganta, sin llegar a desarrollar enfermedades más graves.

Síntomas y diagnóstico

La mayoría de las infecciones por VPH no presentan síntomas visibles. Sin embargo, en algunos casos pueden aparecer verrugas, especialmente en los tipos de bajo riesgo. Cuando se trata de una infección persistente por VPH de alto riesgo, es posible que surjan signos solo cuando ya hay alteraciones celulares avanzadas o presencia de cáncer.

En las mujeres, el cáncer de cuello uterino es casi siempre producto de una infección prolongada por VPH. Por eso, los exámenes de detección son fundamentales. Entre las pruebas más frecuentes están la citología vaginal (Papanicolaou), la prueba de VPH y la colposcopia para observar posibles cambios en el cuello uterino.

Tratamientos disponibles

El VPH como tal no tiene cura, pero sus manifestaciones sí pueden tratarse. En el caso de las verrugas, existen medicamentos tópicos y procedimientos como la congelación o extirpación. Los cambios celulares causados por el virus pueden requerir tratamientos quirúrgicos o la aplicación de medicamentos específicos.

Las personas que desarrollan cáncer relacionado con el VPHs generalmente reciben los mismos tratamientos oncológico que quienes padecen cáncer por otras causas, con algunas excepciones en ciertos tipos orales y de garganta.

Prevención: vacunación y protección

La forma más segura de prevenir la infección es evitar las relaciones sexuales anales, vaginales u orales, aunque el uso correcto del condón reduce significativamente el riesgo, sin eliminarlo por completo.

La herramienta más eficaz es la vacunación. Las vacunas disponibles protegen contra varios tipos de VPH, incluyendo aquellos que causan verrugas genitales y cáncer. “La vacuna no solo protege al individuo, sino que además rompe la cadena de transmisión”, recordó el profesor García.

Lo ideal es aplicarla antes de iniciar la vida sexual. También pueden beneficiarse personas mayores de 26 años que aún no han sido vacunadas. En ese caso, se recomienda consultar al personal médico para valorar su aplicación.

El VPH puede pasar desapercibido, pero sus consecuencias pueden ser graves. La información, la vacunación oportuna y los controles médicos periódicos siguen siendo las principales herramientas para evitarlo.

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