
Pérdida de visión: una discapacidad silenciosa que afecta la vida diaria
La baja visión afecta tareas cotidianas como leer o conducir y no se corrige con gafas. Su detección temprana es clave para preservarla.

Escrito por: Nassly Molina
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La baja visión y la ceguera son condiciones que dificultan o impiden realizar tareas básicas como leer, cocinar, escribir, ver televisión o incluso reconocer rostros. Esta discapacidad visual, que no se corrige con gafas, lentes de contacto, cirugía ni medicamentos, impacta la calidad de vida de quienes la padecen y exige un abordaje especializado.
Aunque el envejecimiento por sí solo no causa pérdida visual, sí aumenta el riesgo de enfermedades oculares como la degeneración macular, el glaucoma o las cataratas, principales causas de baja visión y ceguera, según entidades de salud internacionales. Otras causas frecuentes incluyen lesiones oculares, enfermedades congénitas o condiciones no tratadas a tiempo.
Los primeros síntomas pueden pasar desapercibidos: dificultades para distinguir colores, leer, conducir o ver con claridad pantallas, incluso con gafas puestas. De allí la importancia de someterse a exámenes oftalmológicos completos, con dilatación de pupilas.
Tipos de baja visión
Dependiendo del daño ocular, existen distintas manifestaciones:
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Pérdida de visión central: afecta el centro del campo visual.
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Pérdida de visión periférica: impide ver con el rabillo del ojo.
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Ceguera nocturna: dificulta ver con poca luz.
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Visión borrosa o nublada: reduce la nitidez visual.
¿Tiene tratamiento?
La baja visión es permanente, pero existen ayudas que permiten conservar parte de la visión o adaptarse a la pérdida. La rehabilitación visual enseña técnicas para organizar el hogar, usar dispositivos de aumento, acceder a libros en braille o emplear software de lectura. También incluye orientación laboral y apoyo en movilidad.
Las ayudas visuales varían según el grado de visión restante. Desde lupas, anteojos telescópicos y relojes de números grandes, hasta lectores de pantalla y herramientas tecnológicas para personas ciegas.
Prevención y cuidado ocular
La mejor estrategia para cuidar la visión es la prevención. Las autoridades sanitarias recomiendan:
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Realizar controles oftalmológicos periódicos.
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Usar gafas de sol y protección ocular.
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Llevar una vida saludable: dejar de fumar, mantener peso adecuado, comer equilibradamente y hacer ejercicio regular.
Detectar a tiempo las enfermedades visuales puede marcar la diferencia entre conservar o perder la vista.