Pérdida de visión: una discapacidad silenciosa que afecta la vida diaria
15 de mayo de 2025

Pérdida de visión: una discapacidad silenciosa que afecta la vida diaria

La baja visión afecta tareas cotidianas como leer o conducir y no se corrige con gafas. Su detección temprana es clave para preservarla.

Autor
Escrito por: Nassly Molina
Periodista
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La baja visión y la ceguera son condiciones que dificultan o impiden realizar tareas básicas como leer, cocinar, escribir, ver televisión o incluso reconocer rostros. Esta discapacidad visual, que no se corrige con gafas, lentes de contacto, cirugía ni medicamentos, impacta la calidad de vida de quienes la padecen y exige un abordaje especializado.

Aunque el envejecimiento por sí solo no causa pérdida visual, sí aumenta el riesgo de enfermedades oculares como la degeneración macular, el glaucoma o las cataratas, principales causas de baja visión y ceguera, según entidades de salud internacionales. Otras causas frecuentes incluyen lesiones oculares, enfermedades congénitas o condiciones no tratadas a tiempo.

Los primeros síntomas pueden pasar desapercibidos: dificultades para distinguir colores, leer, conducir o ver con claridad pantallas, incluso con gafas puestas. De allí la importancia de someterse a exámenes oftalmológicos completos, con dilatación de pupilas.

Tipos de baja visión

Dependiendo del daño ocular, existen distintas manifestaciones:

  • Pérdida de visión central: afecta el centro del campo visual.

  • Pérdida de visión periférica: impide ver con el rabillo del ojo.

  • Ceguera nocturna: dificulta ver con poca luz.

  • Visión borrosa o nublada: reduce la nitidez visual.

¿Tiene tratamiento?

La baja visión es permanente, pero existen ayudas que permiten conservar parte de la visión o adaptarse a la pérdida. La rehabilitación visual enseña técnicas para organizar el hogar, usar dispositivos de aumento, acceder a libros en braille o emplear software de lectura. También incluye orientación laboral y apoyo en movilidad.

Las ayudas visuales varían según el grado de visión restante. Desde lupas, anteojos telescópicos y relojes de números grandes, hasta lectores de pantalla y herramientas tecnológicas para personas ciegas.

Prevención y cuidado ocular

La mejor estrategia para cuidar la visión es la prevención. Las autoridades sanitarias recomiendan:

  • Realizar controles oftalmológicos periódicos.

  • Usar gafas de sol y protección ocular.

  • Llevar una vida saludable: dejar de fumar, mantener peso adecuado, comer equilibradamente y hacer ejercicio regular.

Detectar a tiempo las enfermedades visuales puede marcar la diferencia entre conservar o perder la vista.

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