El cirujano que reconstruye manos y calidad de vida en el Hospital Federico Lleras

Reconstruir las manos de sus pacientes y lograr que sigan conservando sensibilidad y funcionalidad después de un accidente traumático, es el reto constante de Juvenal Bayona Mora, especialista Ortopedista y Traumatólogo, cirujano de Mano y Microcirugía del Hospital Federico Lleras Acosta.

En 18 años de labor, calcula que lleva cerca de 10.000 personas intervenidas. Sin embargo, precisó que cada caso es único y siempre lo afronta como un reto, pues la cirugía más sencilla, se puede complicar en el quirófano.

Los días del ortopedista en el Hospital, transcurren entre pacientes que llegan amputados, con fracturas abiertas, lesión de las arterias, los nervios o tendones. En este tipo de casos “todo hay que repararlo”, narró Bayona Mora. 

Mientras que, en las clínicas los casos atendidos se relacionan en mayor medida, con trauma industrial o aplastamiento con máquinas.

En el caso de los niños, las amputaciones se dan con las puertas y en ocasiones con machetes.

“Uno intenta educar a las personas y se encuentra con respuestas de que “no doctor le compré un machetico para jugar”. No puedo entender esa respuesta”, resaltó.

Variables que influyen en una intervención 

Además, los motociclistas es otro grupo ciudadano que aporta lesionados, generalmente son fracturas de mano con pérdida de cubrimiento.

Una historia que quedó marcada en la memoria de los habitantes de Ibagué, ocurrió el pasado 26 de julio e involucró a un conductor de moto, su acompañante y un camión.

En este accidente, registrado en la calle 25 con carrera Cuarta Tamaná, una mujer de 24 años perdió por amputación traumática, el brazo derecho. (Ver más: Médicos no pudieron reimplantar brazo de joven herida en un accidente en Ibagué)

Aunque los médicos del Hospital, hicieron todo lo que estaba a su alcance por reimplantar, las condiciones en las que llegó no lo permitieron.

Al consultarle a Bayona Mora sobre este caso, precisó que no lo atendió, sin embargo, conoció que la joven estuvo con médicos expertos en reimplantes y vascularización, que la operaron dentro de los tiempos oportunos.

El cirujano mencionó que, entre las condiciones a tener en cuenta, está la forma en que ocurrió el hecho. “Existen los traumas cortantes, cuando usted se quita una parte de un dedo con bisturí o un cuchillo bien afilado, por ejemplo, entonces en principio es un corte nítido, en el cual yo puedo reparar los vasos y en principio tiene una alta posibilidad de ser exitoso”.

“Cuando es un trauma corto contundente, dependiendo del nivel se puede reimplantar o no, un machetazo en un dedo, para un vaso de un diámetro menor a un milímetro, que pierda un segmento de cinco milímetros, es bastante”.

Existen traumas frecuentes en los accidentes de tránsito, que genera aplastamiento, avulsión o arrancamiento de la pieza del cuerpo, en ese caso hay circunstancias combinadas “la posibilidad de reimplantar es muy poca o que el reimplante sea exitoso es muy poco”.

Otro factor a tener en cuenta es el tiempo, cuando la parte del cuerpo a reimplantar se conserva en las condiciones adecuadas, el promedio estándar es seis horas, “después de ello, el músculo isquémico va a tener cambios irreversibles”.

“Después de 12 horas, los nervios van a tener cambios irreversibles, así quede la pieza en su lugar, ya no va a servir para mucho, no va a tener sensibilidad”, señaló.

Una tercera causa del no reimplante es el embalaje, la experiencia le ha mostrado al cirujano que, en el país, el entrenamiento para ello es deficiente.

“Vemos que llegan piezas entre el hielo, nadando en el agua, nadando en el agua entre hielo, entonces, cuando llegan no son reimplantables, porque se hiperhidratan o se queman los tejidos”, comentó.

¿Se puede preservar la pieza del cuerpo amputada?

El escenario ideal ante una emergencia, es contar con neveras similares en las que se guardan las vacunas, pues tiene refrigeración de manera aislada.

Lo que se debe hacer tras una amputación, es lavar la parte, envolverla en una gasa húmeda, guardarla en dos bolsas al vacío y refrigerar en dicha nevera portátil.

Pero, si no se cuenta con ello, lo recomendable es conseguir una nevera de icopor, introducir hielo al fondo y colocar un intermedio, puede ser con cartón, la idea es aislar la pieza amputada del hielo.

Una apuesta por el bienestar físico y emocional 

De otra parte, a pesar del tiempo transcurrido, para el cirujano Juvenal Bayona Mora, no es fácil decirles a sus pacientes que la única solución ante un trauma en las manos, es la amputación, por ello, junto a los especialistas Elkin Lozano y Luis Carlos Díaz, viene trabajando en una prótesis de dedos.

Esta inquietud surge, porque en la actualidad hay prótesis estéticas, sin sensibilidad o con dificultades para el paciente, por ello, “diseñamos una endoprótesis, que la patentamos y hemos venido implantando”

Y agregó, “tenemos dos pacientes, uno con el pulgar y el otro, con uno de los dedos intermedio, están muy contentos y ya estamos pensando en el tercer paciente”.

La endoprótesis se ubica al interior de la piel, además, conserva sensibilidad y logra cumplir con la función de agarre.

El camino para llegar a este punto, no ha sido fácil por la falta de recursos, sin embargo, encontraron el apoyo de una empresa que ayudó a diseñar y regaló los implantes, los que  a su vez, se entregaron sin costo a los pacientes. La propuesta ya pasó por el comité de ética médica.  

“Fui el jefe de ortopedia en la Clínica del Occidente (Bogotá) por 15 años, y aquí (Tolima) no tenemos nada que envidiarle, en cuanto a cirugía de mano a Bogotá ni a muchas ciudades. Aquí hay gente muy reconocida, están Elkin Lozano, Luis Carlos Díaz, personas muy reconocidas en el medio”, concluyó.