Deprimente: Ibagué invierte más dinero en fiestas que en salud mental
Deprimente. Así es el panorama de la salud mental en Ibagué, en donde la Administración municipal asignó un presupuesto de $2.605 millones a las últimas fiestas del folclor, celebradas en 2019, frente a los $1.200 millones que destinó este año al bienestar psicológico de sus habitantes.
Estas cifras preocupan a varios expertos consultados por EL OLFATO, toda vez que la capital tolimense registró 43 suicidios en el 2020 y solo en lo que va de 2021 ya ha habido 104 intentos.
A pesar de la evidente crisis en la salud mental de los ibaguereños, y de casos recientes que conmocionaron a la ciudadanía como el suicidio del empresario Jorge Sánchez Lozano, conocido como Jorg’s, la Alcaldía, en cabeza de Andrés Hurtado, destinó $1.286.443.394 millones para desarrollar las actividades preventivas frente a este tema durante todo 2021.
En concreto, la secretaria de Salud de Ibagué, Johana Aranda, aclaró que los más de $1.200 millones están destinados a nueve acciones con respecto a la salud mental.
Pero, en contraste, Hurtado realizó un contrato de $550 millones para comida y eventos de la Alcaldía, y otro de $500 millones para el alumbrado navideño de 2020, que solo estuvo a la vista un mes.
Algo similar ocurrió durante el mandato del médico Alfonso Jaramillo, cuando se asignaron $2.605 millones para la Corporación Festival Folclórico y $1.600 millones para la decoración decembrina del 2019.
"Tenemos una sociedad vulnerable que necesita tener mucho más apoyo médico. Así como el Gobierno incluyó todos los recursos para atender el tema del COVID-19, un problema de salud pública, el tema de la salud mental es igual de importante en este contexto", dijo al respecto Pedro Mora, exconcejal de Ibagué y psicólogo.
Según Mora, personalmente le dio a conocer a Hurtado y al secretario de Salud del Tolima, Jorge Bolívar, la preocupación del gremio del que hace parte por la salud mental de los más de 500.000 habitantes de la ciudad que, recordó, “ocupa uno de los primeros puestos en Colombia de la conducta suicida".
La pandemia aumentó la crisis
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó en septiembre de 2020 que la pandemia del Coronavirus puede aumentar los factores de riesgo de suicidio por la incertidumbre constante en la que viven las personas, el encierro, el miedo a morir y los problemas económicos y familiares que surgen por la cuarentena, entre otros aspectos.
En América se estima que unas 100.000 se suicidan anualmente, principalmente entre los 25 y 44 años (36 %), seguidas por aquellas que oscilan entre los 45 y 59 años (26 %).
En el caso de Colombia, el Instituto Nacional de Salud (INS) informó que en 2019 se presentaron 30.539 casos de intento de suicidio en el país.
Por su parte, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) indicó que entre enero y octubre del año pasado se quitaron la vida 2.182 personas en Colombia.
A pesar de ello, los Gobiernos han manejado las mismas cifras de inversión en salud mental que había antes de la pandemia.
Esto, a juicio de Mora, "significa que los mandatarios locales deben reorientar los presupuestos para hacer de la salud mental un programa más fuerte y eficiente, con mayor personal y cobertura para atender a la población".
Más garantías para los ibaguereños
Rodrigo Córdoba, médico psiquiatra y director general del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso, aseguró por su parte que, “sin lugar a dudas, si la salud física ha dejado una huella de gato, la salud mental ha dejado una huella de elefante en las personas”.
Del análisis que realizó el experto se desprende que “desde las autoridades y los organismos se deberían generar unas vías más expeditas para garantizar la salud mental de manera constante, activa y permanente porque este es un fenómeno de todos los minutos”.
Además, hizo énfasis en que es necesario realizar convenios con universidades locales, regionales y nacionales para fortalecer la atención en salud mental, solicitando que estudiantes de últimos semestres vengan a Ibagué a realizar sus prácticas y ayuden de esta forma a solucionar, en parte, la problemática.
Finalmente, Córdoba sostuvo que un paso importante en la búsqueda de soluciones es dejar de estigmatizar a los centros de atención porque tener una situación relacionada con la salud mental no es sinónimo de flaqueza, fragilidad o falta de voluntad “sino que se trata de un fenómeno de salud como en cualquier individuo”.
Situación en el departamento
EL OLFATO pudo constatar que la Gobernación del Tolima asignó $800 millones para tratar la salud mental en los 47 municipios que posee.
Lo anterior quiere decir que, en promedio, a cada municipio le fueron asignados cerca de $17 millones para adelantar acciones en pro de la salud mental.
La cifra resulta poca si se tiene en cuenta, por ejemplo, que una localidad como El Espinal tiene 71.221 habitantes y una sola psicóloga municipal para atenderlos.
También, preocupa que en lo que va corrido del año el tema se ha agudizado en municipios como Valle de San Juan, en donde por cada 100.000 habitantes hay 56 casos confirmados de intento de suicidio.
No obstante, la Dimensión de Convivencia Social y Salud Mental de la Secretaría de Salud Departamental informó que a través de su proyecto de mejoramiento de la convivencia social y salud mental ejecuta líneas estratégicas y establece acciones desde los componentes de la Gestión Pública y el Plan de Intervenciones Colectivas.
“Las estrategias que se promueven son basadas en evidencia y cuentan con metodologías de impacto en la comunidad que han sido adoptadas a nivel nacional, como “Familias Fuertes: Amor y límites”, “Zonas de orientación escolar” y “Pactos por la vida”, entre otras estrategias que el departamento ha implementado y que algunos municipios han replicado”, señalaron.