Ciberdependencia: La mayor causante de problemas físicos, psicológicos y sociales en niños
La ciberdependencia es el uso compulsivo de los dispositivos electrónicos inteligentes y de las redes sociales, e incide en el cambio de nuestras rutinas y en la forma como interactuamos con las personas.
Puede representarse en comportamiento cómo: “Phubbing” –ignorar a una persona por estar mirando el celular–, “axiedad” –tensión y confusión por creer que llegan mensajes o notificaciones sin que esto realmente suceda–, “textofrenia” –percepción de que nos dejaron en visto– y “vamping” –romper el ciclo de sueño por revisar el celular entre las cobijas–.
Estas conductas a futuro puede causar problemas físicos, psicológicos y sociales, aumentar el nivel de angustia, estrés y necesidad constante de estar revisando el celular, de no soltarlo, de sentirse angustiado cuando envía un mensaje y no se recibe respuesta y de crear todo un ambiente para tener un momento de “intimidad” con él.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ciberdependencia es como “una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia hacia una necesidad o sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales”.
Según las estadísticas de 2021 del Ministerio de Ciencias y Tecnologías de la Información (MinTic), señalan que “niños y jóvenes entre los 8 y 18 años pasan en promedio 44,5 horas por semana frente a los computadores y dispositivos, y casi el 23 % de los jóvenes informan que se sienten adictos a los videojuegos”.
Estos resultados después de la pandemia permiten entrever que los niños han estado expuestos inevitablemente al uso de estos dispositivos como herramienta de distracción o de estudio, generando con el tiempo un aumento en la población infantil con ciberdependencia.
Signos o síntomas
Signos como: ansiedad o intranquilidad, cambios en el estado de humor, ahogamiento o fatiga cuando no tiene cerca su dispositivo electrónico.
Estos cambios se dan por un proceso bioquímico que se produce en el cerebro debido a la exposición continua a la luz, los movimientos y los sonidos que producen los dispositivos, los cuales le indican al cerebro que debe estar alerta o vigilante porque ‘viene algo más’. Esto hace que la persona entre en un estado de ansiedad porque necesita ser más estimulado, es decir, recibir más contenido o seguir jugando.
En tales condiciones, se reemplaza la calma, la construcción significativa de la vida a través de los procesos por la estimulación continua generadora de experiencias continuas e interminables, lo cual va generando en la persona una dependencia a seguir consumiendo experiencias emocionales.
Los ciberdependientes tienden a no socializar, evitan dar la mirada, contestan palabras cortas, mas no frases (no, nada, no sé, entre otras), lo cual genera una disrupción en los procesos de comunicación.
Uso controlado
Una de las recomendaciones que más aplica para los niños es controlar el uso de dispositivos móviles y la navegación por sitios web; para los jóvenes, establecer límites de uso de dichos dispositivos en contextos sociales, familiares u otro tipo de interacciones, y para el ciclo vital de adultos se sugiere “desconectar” dichos dispositivos en horarios no laborales, con el fin de mejorar las interacciones con su entorno.
Algunos tips que pueden ayudar son: utilizar un teléfono para el trabajo y otro personal; por un día, no usar los dispositivos electrónicos; poner en una cajita los dispositivos móviles apagados mientras se almuerza o cena; e ir al parque a pasear al perro, pero sin dispositivo móvil.
Si la persona presenta ciberdependencia, la familia debe buscar la intervención de un profesional con el fin de que sea diagnosticado y puesto en tratamiento.